El derecho de retorno y trayectorias profesionales para favorecerlo
BOLETÍN 2022 | #5
El derecho de retorno y trayectorias profesionales para favorecerlo
La migración no es en la actualidad un fenómeno lineal, sino más bien multidireccional, que podría incluir el retorno a los países de origen durante períodos de tiempo breves o largos. Este marco preanuncia un mundo en el que los movimientos migratorios serán más circulares y en el que el retorno y la reintegración constituirán pasos fundamentales de ese proceso migratorio.
El retorno y la reintegración en la sociedad de origen son elementos fundamentales de la gobernanza de la migración y de las estrategias de desarrollo, tanto a nivel nacional como internacional. Por lo tanto, una reintegración digna y segura requiere políticas que promuevan la independencia económica de quienes retornan, además de su bienestar psicosocial y su estabilidad social dentro de la comunidad.
Existen diferentes formas de retorno: los retornos voluntarios, los retornos asistidos, los retornos forzosos y los migrantes que podrían regresar por diferentes razones. Por ejemplo, la crisis y los períodos de confinamiento impuestos por la pandemia del COVID-19, obligaron a muchos trabajadores migrantes a regresar a sus países de origen, ya que habían perdido el trabajo o el derecho a permanecer en el país en el que residían. Por lo tanto, existen diferentes categorías de migrantes retornados, y las políticas y los programas deben ajustarse a sus necesidades específicas, para ser más eficaces y garantizar un retorno sostenible y duradero.
Este Boletín aboga por la promoción de los retornos voluntarios asistidos, para que la decisión de migrar no esté motivada por la necesidad sino que sea fruto de una elección libre. Para ello, presenta algunas de las mejores prácticas que tienen como objetivo brindar asistencia a los migrantes retornados, para que puedan reintegrarse en su país de origen, prestando especial atención al ámbito laboral.
La promoción del retorno voluntario asistido
En el Objetivo 21 del Pacto Global para una Migración Segura, Ordenada y Regular (PGM) se insta a los Estados a colaborar para facilitar el regreso de los migrantes en condiciones de seguridad y dignidad, así como su reintegración sostenible en su país de origen. La Santa Sede también expresó su interés al respecto en los Veinte Puntos de Acción para los Pactos Globales, elaborados en 2018 como aportación al mecanismo del PGM. En el Punto de Acción n. 20 se afirma que: “Se debe animar al Estado de acogida, a los Estados donantes o al Estado de origen a adoptar políticas y procedimientos que faciliten la reinserción de los repatriados”. Por lo tanto, la Santa Sede propuso potenciar las infraestructuras en las zonas de retorno o “la asistencia brindada en los periodos de transición para los trabajadores que regresan a su patria porque se han visto atrapados en una crisis en un país extranjero” como medios posibles para ayudar. Además, hace hincapié en la importancia de que las leyes reconozcan los títulos académicos o profesionales obtenidos en el extranjero, para que los que regresan a su patria puedan acceder rápidamente al mercado laboral.
El Papa Francisco ha prestado a menudo especial atención a los refugiados de guerra, así como a la persecución de las comunidades cristianas – especialmente en Oriente Medio – y a su derecho a regresar a sus tierras. En su tradicional discurso a los miembros del cuerpo diplomático en 2019, el Santo Padre alentó “a los que han buscado refugio en otras partes a hacer lo posible para regresar a sus casas y mantener y fortalecer los lazos con sus comunidades de origen”. Al mismo tiempo, hizo un llamamiento a favor de una participación activa de las autoridades políticas, para que “no dejen de garantizarles [a los migrantes retornados] la seguridad necesaria y todos aquellos requisitos que les permitan seguir viviendo en los países de los que son plenamente ciudadanos y contribuir a su construcción”.
El Prontuario de actuación para Acogidas parroquiales es una guía práctica para aquellas Iglesias que acogen en el día a día a migrantes en España. El prontuario, elaborado por un grupo de personas de la “Mesa por la Hospitalidad” de la Archidiócesis de Madrid y de Cáritas diocesana de Madrid, incluye una sección específica (Anexo M) sobre la ayuda que se puede prestar para el retorno voluntario al país de origen. En el Anexo se incluye primero una breve introducción sobre el significado de retorno voluntario y luego se analizan la asistencia y los servicios que la Iglesia y la comunidad cristiana pueden ofrecer a los migrantes retornados. En particular, se centra en el “retorno productivo voluntario”, en el que la Iglesia puede desempeñar un papel proactivo ofreciendo, entre otros servicios, asesoramiento personal y evaluación del proyecto, seguimiento y asistencia técnica, y gestión de una ayuda económica del proyecto productivo cuando sea necesario.
Buenas prácticas de agentes católicos
Varios actores católicos participan directamente en la asistencia a migrantes durante su retorno al país de origen. La ayuda suele comenzar antes de que éstos salgan del país, pues se les brinda servicios de asesoramiento, asistencia administrativa y logística, y todo esto continúa una vez que han llegado al país de origen, pues se les ofrece asistencia para su reintegración. Seguidamente, se incluyen algunos ejemplos de la labor que llevan a cabo:
La Fundación Cáritas IAP, a través del Módulo de Bienvenida e Inclusión, firmó un acuerdo de colaboración con la Secretaría del Migrante (Semigrante) para reforzar la atención a los connacionales que regresan anualmente al estado mexicano de Michoacán. Los diez Centros de Escucha de esta organización católica se sumaron al trabajo llevado a cabo por el gobierno en las instalaciones de la Semigrante, que opera con el apoyo de 89 centros municipales del migrante, para acoger, atender, orientar, canalizar, dar seguimiento y acompañamiento a los migrantes en retorno. Gracias a un consultorio médico y a una farmacia en las instalaciones de Cáritas, se ofrecen servicios y medicamentos gratuitos a los migrantes michoacanos en retorno y a los que proceden de otros países y que se encuentran de paso por el Estado.
Los iraquíes que lograron regresar al país, se encontraron con que habían destruido todo. AVSI Oriente Medio lleva a cabo varios proyectos de reconstrucción en Irak (EN; IT), gracias a los fondos de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los EE.UU. El fortalecimiento de la resiliencia socioeconómica de la población, a través de diversas medidas de apoyo, constituye el núcleo de estas iniciativas. En Qaraqosh, por ejemplo, se acompañó a las familias cuando regresaron a sus propiedades y se les ayudó a reanudar su actividad agrícola. Gracias al apoyo prestado a las familias yazidíes que huyeron de la persecución del Estado Islámico, AVSI ha promovido la inclusión social y la colaboración de los yazidíes con sus comunidades de acogida. El proyecto consiste en la acogida de familias yazidíes por parte de familias locales, y en que éstas pongan a disposición la mitad de sus granjas.
En el Centro para Trabajadores Migrantes (EN), de las Hermanas del Buen Pastor, se presta asistencia a los trabajadores filipinos en el extranjero (OFWs) que regresan a las comunidades pobres de Davao y alrededores. Estos trabajadores han tenido experiencias laborales negativas, en particular las mujeres que trabajaron en el extranjero como personal doméstico. Desde el comienzo de su actividad, el Centro ha prestado servicios tales como asesoramiento, cursos de formación profesional y técnica y micro-financiación, a los trabajadores filipinos que residen en el extranjero y que desean regresar a su patria. También ha prestado asistencia jurídica, a través de su ONG asociada en Japón, a los niños filipino- japoneses abandonados, para que pudieran obtener una ayuda económica y el reconocimiento jurídico de sus padres japoneses. El Centro también trabaja contra la trata de personas, llevando a cabo actividades de promoción, brindando tratamiento terapéutico y ofreciendo refugios temporales a las víctimas.
Desde 2016, Cáritas Myanmar trabaja para facilitar el retorno y el reasentamiento en el estado de Kachin. Sus actividades se centran principalmente en la promoción de la justicia, la autosuficiencia y el derecho a la cultura y a gozar de los propios derechos. El objetivo es ayudar a las personas que retornan al país, a prosperar social, económica y espiritualmente. Para ello, promueven la consolidación de la paz y adoptan un enfoque de planificación orientado a la persona. El programa de reasentamiento se puso en marcha gracias a la colaboración de Secours Catholique-Caritas France y Misereor y tiene una duración de tres años. En la primera fase, Cáritas ayuda a los migrantes retornados a comprender la cuestión que afecta a los derechos sobre la tierra y les asiste para que puedan recuperar sus propiedades, además de ayudarles a construir casas. En un segundo momento, el proyecto crea un vínculo entre las comunidades agrícolas y sus productos y las oportunidades de mercado a través del desarrollo de capacidades, reuniones de movilización comunitaria y demostraciones educativas, con el fin de mejorar las oportunidades de crear medios de vida sostenible a nivel comunitario.
Historias y Testimonios
En un artículo publicado en el periódico italiano Avvenire (IT) se recoge la historia de Seny Diallo, un migrante senegalés que, gracias al proyecto salesiano de migración circular, se convirtió en mediador cultural y regresó a su país para promover el desarrollo local. La historia de Seny comienza cuando tomó la decisión difícil de abandonar su aldea y tuvo que emprender un viaje durísimo, primero por el desierto y luego en Libia, donde vivió meses plagados de dificultades y sufrimiento. Tras haber sobrevivido a la travesía por mar, Seny fue acogido en el Centro Salesiano Aidone en Sicilia, donde pudo asistir a la escuela, realizar cursos de formación y luego, gracias al proyecto salesiano de migración circular, regresar a Senegal. En la actualidad, coopera con la organización católica ayudando a otros jóvenes estudiantes en sus aldeas.
Durante 2020, muchos trabajadores migrantes de Tayikistán perdieron sus puestos de trabajo en el extranjero debido al cierre de las fronteras, como consecuencia de la pandemia. En respuesta, la Iglesia tayika ayudó a los migrantes retornados a crear nuevas oportunidades de trabajo y a reintegrarse en la comunidad. Entre éstos, se encuentra Farhod Islomov, quien regresó al país después de un largo período en Europa. La organización benéfica de Tayikistán ayudó a Farhod a reabrir su tienda de ropa y accesorios. En colaboración con Cáritas Internationalis y Cáritas Bélgica, la organización benéfica tayika apoyó a Farhod, ayudándole a elaborar un plan de negocios y a cubrir los costes iniciales.
En Liberia, el elevado porcentaje de desempleo y las limitadas oportunidades económicas llevaron a muchos jóvenes a abandonar el país para satisfacer sus necesidades más básicas. Mientras intentaba llegar a Italia, en busca de un trabajo seguro, el viaje de Mohammed (EN) se vio interrumpido en Malí, donde fue capturado por los traficantes, sorprendido sin la documentación correcta y detenido por la policía en Argelia, para ser finalmente deportado. Después de más de dos años de incertidumbre y peligros constantes, Mohammed tuvo la oportunidad, a través de la OIM, de regresar a su casa. Durante los dos meses que esperó para ser repatriado, entró en contacto con el programa de Acción para la Protección e Integración de los Migrantes en África gestionado por Catholic Relief Services, también conocido como APIMA, que colabora en cinco países de África Occidental. Gracias a los servicios ofrecidos a través del programa APIMA (EN), los migrantes que regresan a su país, como Mohammed, mejoran su bienestar y desarrollan su orientación personal y esperanza de cara al futuro.
Aunque lleve 15 años viviendo en Italia, Serigne Mortalla Diop nunca ha podido integrarse plenamente en la sociedad que le acogió, pero sobre todo nunca ha podido obtener los documentos administrativos necesarios para trabajar de manera regular, por lo que se ha visto siempre obligado a trabajar en el sector informal, sobre todo como peón. El Volontariato Internazionale per lo Sviluppo (VIS) le dio la oportunidad de volver a Senegal, su país de origen. Así, después de dos décadas, pudo reunirse con su familia. Según relata, el proyecto VIS «UNO» (IT) financió íntegramente los costos de su regreso a Senegal y le ayudó a iniciar un negocio. Junto con el agente local de VIS, pudo desarrollar un proyecto de cría de ganado para la producción de leche y carne. Ahora, no sólo logra mantener a su familia, sino que su actividad contribuye a la creación de empleo y a la seguridad alimentaria de otras familias locales.
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