Saludo a todos los presentes y especialmente a todas las personas de la humanidad que ayudan a sus hermanos y hermanas pobres, enfermos, perseguidos y débiles sin preocuparse por la religión, el color o la raza a que pertenezcan. Hace un año, mi hermano, el Gran Imán Dr. Ahmad al-Tayyib, Imán de Al-Azhar, y yo firmamos un documento sobre la fraternidad humana en la querida capital de los Emiratos Árabes Unidos, Abu Dabi. Hoy celebramos el primer aniversario de este gran acontecimiento humanitario, con la esperanza de un futuro mejor para la humanidad, un futuro libre de odio, de rencor, de extremismo y terrorismo, en el que prevalezcan los valores de la paz, el amor y la fraternidad. Hoy, en este primer aniversario, expreso mi aprecio por el apoyo ofrecido por los Emiratos Árabes Unidos a la labor del Comité Supremo de la Fraternidad Humana. Agradezco, pues, la iniciativa de la Abrahamic House para convocar el Premio a la fraternidad humana. Me complace, por lo tanto, participar en este momento de presentación al mundo del Premio Internacional de Fraternidad Humana, para alentar todos los modelos virtuosos de hombres y mujeres que en este mundo encarnan el amor a través de acciones y sacrificios realizados por el bien de los demás, sin importar lo diferentes que sean por religión o pertenencia étnica y cultural, y pido a Dios Todopoderoso que bendiga todo esfuerzo que favorezca el bien de la humanidad y nos ayude a avanzar en la fraternidad. Gracias.