18 junio 2014 | Audiencia General

PAPA FRANCISCO AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro

[…] Pasado mañana, 20 de junio, es el Día Mundial de los Refugiados, que la comunidad internacional dedica a los que se ven obligados a abandonar su patria para escapar de los conflictos y la persecución. El número de estos hermanos refugiados está creciendo y, en los últimos días, miles más se han visto obligados a abandonar sus hogares para salvarse. Millones de familias, millones, refugiados de muchos países y todas las religiones religiosas viven en sus historias dramas y heridas que difícilmente pueden remediarse. Hagamos de ellos vecinos, compartiendo sus miedos y su incertidumbre para el futuro y aliviando concretamente su sufrimiento. El Señor apoya a las personas e instituciones que trabajan generosamente para garantizar la bienvenida y la dignidad de los refugiados, y para darles motivos de esperanza. Pensamos que Jesús era un refugiado, tuvo que huir para salvar su vida, con San José y Nuestra Señora, tuvo que irse a Egipto. Él era un refugiado. Recemos a Nuestra Señora, que conoce las penas de los refugiados, que está cerca de estos hermanos y hermanas. Oremos juntos por Nuestra Señora por los hermanos y hermanas refugiados. [Ave María] María, madre de los refugiados, ruega por nosotros.[…]