17 marzo 2016 | Discurso del Santo Padre, Discursos

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN UN ENCUENTRO ORGANIZADO POR EL HARVARD WORLD MODEL UNITED NATIONS

Aula Pablo VI

Queridos amigos, ¡buenos días!
[…] Los temas y las problemáticas que habéis tratado no están privadas de un rostro. En efecto, cada uno de vosotros puede describir las esperanzas y los sueños, los desafíos y los sufrimientos que caracterizan a la gente de vuestro país. En estos días aprenderéis mucho los unos de los otros y os recordaréis mutuamente que, detrás de cada dificultad que el mundo afronta, hay hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, personas como vosotros. Hay familias e individuos que viven cada día luchando, que tratan de cuidar a sus hijos y de darles a ellos lo necesario no sólo para el futuro, sino también para las necesidades elementales de hoy. Así también, muchos de los que son golpeados por los problemas más graves del mundo actual, por la violencia y por la intolerancia, se han convertido en refugiados, trágicamente obligados a abandonar sus casas, privados de su tierra y de su libertad. […]

Espero también que vuestra experiencia os haya conducido a ver el compromiso de la Iglesia católica en el servicio a las necesidades de los pobres y de los refugiados, en apoyar a las familias y a las comunidades y en proteger la inalienable dignidad y los derechos de cada miembro de la familia humana. Nosotros, los cristianos, creemos que Jesús nos llama a servir a nuestros hermanos y hermanas, a hacernos cargo de los demás, prescindiendo de su proveniencia y de las circunstancias. Sin embargo, esto no es sólo un distintivo de los cristianos, sino que es una llamada universal, enraizada en nuestra humanidad común, es algo que tenemos como personas, que tenemos dentro como personas humanas. […]