22 junio 2017 | Discurso del Santo Padre, Discursos

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN LA ASAMBLEA DE LA REUNIÓN DE LAS OBRAS PARA LA AYUDA A LAS IGLESIAS ORIENTALES (ROACO)

Sala Clementina

[…] Han sido décadas que han visto una sucesión de acontecimientos dramáticos: las Iglesias orientales se han visto a menudo embestidas por terribles oleadas de persecuciones y tribulaciones, tanto en el este de Europa como en Oriente Medio. Las fuertes migraciones han debilitado su presencia en los territorios en los cuales habían florecido durante siglos. Ahora, gracias a Dios, algunas de ellas han vuelto a la libertad después del doloroso período de los regímenes totalitarios, pero otras, especialmente en Siria, Irak y Egipto, ven que sus hijos sufren a causa del perdurar de la guerra y las insensatas violencias perpetradas por el terrorismo fundamentalista. […]

Y no hay que olvidar que en Oriente, también en nuestros días, los cristianos —no importa que sean católicos, ortodoxos o protestantes— derraman su sangre como sello de su testimonio. Los fieles orientales, aunque son obligados a emigrar, puedan ser acogidos en los lugares donde llegan, y puedan continuar viviendo según la tradición eclesial propia. De esta forma vuestra labor, queridos representantes de las Agencias, será un puente entre Oriente y Occidente, tanto en los países de origen como en aquellos de los cuales provenís.[…]