[…] La Iglesia de hoy siente con fuerza el llamamiento a salir de sí misma e ir a las periferias, tanto geográficas como existenciales. Vuestro compromiso de abrazar las nuevas fronteras de la misión implica no solo ir a nuevos territorios para llevar el Evangelio, sino también enfrentar los nuevos desafíos de nuestro tiempo, como las migraciones, el secularismo y el mundo digital. Esto significa estar presentes en aquellas situaciones en que la gente percibe la ausencia de Dios y tratar de estar cerca de aquellos que, de cualquier modo o forma, están sufriendo. […]