4. […] A través de la espiritualidad propia de cada Santuario, los peregrinos son guiados con la «pedagogía de la evangelización» [6] a un compromiso cada vez más responsable tanto en su formación cristiana como en el necesario testimonio de caridad que de ella se deriva. Además, el Santuario contribuye un poco al compromiso catequético de la comunidad cristiana, [7] transmitiendo, de manera coherente a los tiempos, el mensaje que dio origen a su fundación, enriquece la vida de los creyentes, ofreciéndoles los motivos de una compromiso con la fe (ver 1 Ts 1,3) más maduro y consciente. Finalmente, en el Santuario, las puertas están abiertas para los enfermos, los discapacitados y, sobre todo, para los pobres, los marginados, los refugiados y los migrantes. […]