El riesgo de la trata en la búsqueda de trabajo

El riesgo de la trata en la búsqueda de trabajo


BOLETÍN 2022 | #2

El riesgo de la trata en la búsqueda de trabajo

 

El tráfico de mano de obra es la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, con el fin de explotar el trabajo o los servicios, recurriendo al uso de la fuerza, el fraude u otras formas de coacción. La trata con fines de explotación laboral se produce tanto en las economías formales como en las informales y los trabajadores migrantes están particularmente expuestos a este riesgo. 

La lucha por escapar de la pobreza, el hambre, el desempleo y la inseguridad, entre otras razones, lleva a un gran número de personas a buscar alternativas a la hora de aspirar a mejores perspectivas de vida, para ellos y para sus familias. Esto ha contribuido a la formación de organizaciones criminales, extremadamente interconectadas, que tienen como objetivo la captación de personas particularmente vulnerables, a las que suelen ofrecer un trabajo en el extranjero

Una vez que han caído en la trampa de la trata, las víctimas son coaccionadas mediante la violencia, la intimidación o técnicas más sutiles como la rápida acumulación de deudas o la retención de documentos, acciones cuya finalidad es la de someter e inhibir cualquier intento de fuga o de denuncia. 

La lucha contra la trata de personas reviste especial importancia para la salvaguardia del principio de la dignidad humana, la erradicación de la pobreza y la promoción y defensa de los derechos humanos. Este Boletín ofrece algunos ejemplos de iniciativas positivas y de buenas prácticas dirigidas a prevenir y a combatir este crimen.


Acciones de incidencia para erradicar el fenómeno de la trata de personas


En la Encíclica
Fratelli tutti, el Papa Francisco invita a toda la humanidad a actuar seriamente contra las formas contemporáneas de la esclavitud: “como las organizaciones criminales utilizan redes globales para lograr sus objetivos, la acción para derrotar a este fenómeno requiere un esfuerzo conjunto y también global por parte de los diferentes agentes que conforman la sociedad”.

Con motivo de la Jornada Mundial de Reflexión y Oración contra la Trata de Personas de 2018, el Papa Francisco, dirigiéndose a los participantes, afirmó que: “el trabajo de sensibilización debe empezar en casa, por nosotros mismos, porque solo así seremos capaces después de concienciar a nuestras comunidades, estimulando a comprometerse para que ningún ser humano sea víctima de la trata”. El Santo Padre se refirió también a la importancia de la educación como instrumento de protección contra la trata, afirmando que ésta “ayuda a identificar los peligros y a evitar las ilusiones”. Sin embargo, señaló que “todos aquellos que han sido víctimas de trata son fuente inagotable de apoyo para las nuevas víctimas e importantísimos recursos informativos para salvar a muchos otros jóvenes”. Dirigiéndose a los jóvenes, el Papa les invitó a encontrarse, en persona, con los sobrevivientes de la trata, e incluso a recurrir a las redes sociales, que por una parte pueden ser un medio para atraer a las víctimas, pero por otra, se pueden utilizar para llevar a cabo acciones de incidencia, intercambiar buenas prácticas y un lugar donde compartir “una historia positiva de vuestras experiencias de encuentro”.

La Coalition of Catholic Organizations Against Human Trafficking (Coalición de Organizaciones Católicas contra la Trata de Personas – CCOAHT, EN) está integrada por varias agencias católicas que trabajan para erradicar el flagelo de la trata de personas. Entre las diferentes iniciativas, la Coalición ha organizado actividades de sensibilización entre la opinión pública, a través de campañas de educación y acciones concretas sobre el terreno. Por ejemplo, la CCOAHT ha sacado a la luz la trata y el trabajo forzoso en la industria pesquera. Este sector emplea a un gran número de trabajadores migrantes, a menudo reclutados entre las poblaciones de refugiados y de desplazados, mediante prácticas abusivas de contratación. En particular, CCOAHT ha intentado concienciar, tanto a los consumidores como a las empresas de la industria pesquera, distribuyendo una encuesta en la que se les preguntaba si afectaría a sus compras el que los productos llevaran una etiqueta que los certificase como libre de esclavitud, y publicando en la red vídeos y recursos que se pueden descargar, diseñados para mostrar a las personas algunos de los aspectos más cruciales de la trata en el sector marítimo.

La primera Conferencia europea del Grupo de Santa Marta (EN), sobre el tema “Abolir la esclavitud hoy: ¿cómo hacerlo?”, se celebró del 8 al 9 de febrero de 2022 en Colonia, Alemania. Durante la Conferencia, Su Excelencia Mons. Ansgar Puff (IT), Presidente del Grupo de Trabajo sobre la Trata de Personas en la Conferencia Episcopal Alemana, destacó la necesidad de un “cambio cultural”. Los consumidores, consciente o inconscientemente, nos aprovechamos de los salarios bajos y de las condiciones de trabajo desastrosas. Un punto de partida puede ser el realizar compras de manera consciente e informada, porque “comprar es un acto moral, además de económico”. Un papel fundamental en este “cambio de mentalidad” lo desempeñan los medios de comunicación, contando historias de víctimas liberadas e informando del trabajo que realizan muchos organismos que las acompañan. Mons. Puff indicó así tres actores clave que deben participar en la lucha: el sector financiero, los proveedores y plataformas de TI y los empresarios.


Buenas prácticas de los actores católicos 


La congregación de las Hermanas
de la Caridad ha asumido una posición clara con respecto a la lucha para abolir la trata de personas en Nigeria. Existe, en particular, en cada comunidad de la congregación, un grupo pequeño y organizado conocido como las Link Sisters. Se comprometen a informar a su coordinador sobre cualquier caso sospechoso de trata de personas, para emprender una acción inmediata que conduzca al rescate de las víctimas. A través de un chat de WhatsApp, las Link Sisters comparten información, coordinan sus actividades y adoptan medidas contra la trata de personas. También forman a las personas sobre la trata, a nivel local, organizan campañas de información y sensibilización con parroquias y escuelas locales y celebran asambleas públicas. Este es sólo un ejemplo de la enorme labor que las religiosas católicas llevan a cabo (EN) contra la trata en Nigeria.

Con el fin de prevenir la migración irregular y el posible tráfico de mano de obra, los Salesianos de Don Bosco y el VIS (Volontariato Internazionale per lo Sviluppo, un servicio de voluntariado internacional para promover el desarrollo) han unido fuerzas para lanzar la campaña Stop Tratta (IT). El objetivo es ayudar a los potenciales migrantes mediante la implementación de proyectos de desarrollo, para proporcionarles una alternativa a la migración. Entre otras iniciativas, cabe destacar las de las granjas escuela (IT) en Ghana, que forman a jóvenes en riesgo de migración irregular, para que se conviertan en agricultores a través de un curso de aprendizaje. Estas “granjas escuela”, en las que los jóvenes pueden practicar la agricultura sostenible, son propiedad de particulares y cuentan con el apoyo de toda la comunidad local. Otro proyecto (IT) se está implementando en Addis Abeba, donde los potenciales migrantes, debilitados por las difíciles condiciones de vida, abandonan el campo y se convierten en potenciales víctimas de los traficantes de seres humanos. El proyecto prevé el establecimiento de programas económicos inclusivos, destinados a crear oportunidades de empleo para las poblaciones más desfavorecidas, potenciando las competencias pedagógicas de los formadores profesionales y promoviendo alianzas entre los sectores público y privado.

El Movimiento Amistad (EN) es una campaña nacional de educación que cuenta con el patrocinio de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Su finalidad es capacitar a los inmigrantes en las comunidades en situación de riesgo, para que puedan proteger a los miembros de su comunidad contra el peligro de ser víctimas de la trata de personas. Para ello, el Movimiento utiliza la extensa red de la Iglesia católica para ponerse en contacto con los inmigrantes dondequiera que estén. Las nuevas comunidades de inmigrantes son particularmente vulnerables a la trata de personas puesto que desconocen el sistema jurídico y las leyes, los recursos disponibles y se enfrentan a las barreras lingüísticas. Por esta razón, Amistad cuenta con una amplia gama de herramientas pedagógicas de capacitación para comprender cómo reconocer y prevenir los episodios locales de trata de personas, sobre todo en el sector laboral. El Movimiento recurre a los inmigrantes mismos, para lograr un cambio duradero en sus comunidades, reconociendo que las mejores soluciones a los problemas locales surgen y son dirigidos por los miembros de las comunidades afectadas. 


El protagonismo de los sobrevivientes


Los sobrevivientes del tráfico de mano de obra son los verdaderos expertos en la lucha contra la trata de personas. Nos enseñan sobre algunos de los factores de riesgo que contribuyeron a sus situaciones de trata, para que podamos mejorar nuestros esfuerzos de prevención. Estas son algunas de sus historias
:

Cuando salió de Uganda, Juanita Ndagire (EN) estaba convencida de que le aguardaba un trabajo de recepcionista, bien remunerado, en un hotel de Dubái. Sin embargo, se trataba de una mentira que los agentes con los que trabajaba se inventaron para venderla como esclava, a miles de kilómetros de su hogar. Juanita acabó trabajando para una gran familia en Omán, en Asia occidental, donde realizó interminables tareas domésticas en lo que describió como “el entorno más deshumanizante”. “Yo era una esclava en esa casa. Trabajaba durante horas, sin casi poder descansar”, dijo Juanita. La soltaron y dejaron libre para regresar a Uganda sólo porque estaba muy enferma. “Tengo una vena bloqueada y dolores de espalda debido al excesivo trabajo que me obligaron a realizar en Omán”, explicó.

Arise proporciona una plataforma (EN) para que las personas que han vivido el dolor de la explotación puedan contar sus historias. Como ejemplo, Ana, una joven filipina que se fue a trabajar al Líbano, bajo los falsos pretextos de una agencia. Descubrió que se trataba de una agencia ilegal sólo cuando se subió al avión y no le entregaron un contrato. Se vio obligada a trabajar para una familia cuidando a personas de todas las edades, desde la abuela hasta un bebé, además de tener que limpiar la casa, cocinar y realizar otras tareas. “Me humillaban ante sus amigos y sentía que me torturaban cada vez que me abofeteaban cuando cometía un error”, dijo. Al final, logró escapar y regresar con su familia a Filipinas. Sin embargo, todavía está intentando recuperarse del trauma: “Tengo miedo de los lugares cerrados. Tengo miedo de los ascensores. Tengo miedo de los lugares oscuros. Pero ante todo tengo demasiado miedo de los hombres, porque cada vez que me tocan, recuerdo el acoso que sufrí en el Líbano”.

Se estima que más de 300.000 niños están atrapados en la industria de la confección de alfombras de la India. Gran parte de las alfombras que se tejen en el país proceden de Uttar Pradesh, donde la mayoría de los trabajadores son niños hindúes que pertenecen a una casta inferior. Ravi Shanker Kumar era uno de ellos. Sus padres cedieron y firmaron un acuerdo por el cual percibirían una suma de dinero a cambio de que Kumar trabajara en el telar. Allí estuvo trabajando sin sueldo entre doce y quince horas al día, siete días a la semana. Lo golpearon, lo torturaron y lo mantuvieron semidesnudo y mal nutrido. El camboyano Vannak Prum dejó a su esposa, que por aquel entonces estaba embarazada, con la esperanza de regresar a casa, al cabo de unos meses, con el dinero suficiente para mantener a su familia que estaba creciendo. En cambio, Prum no la pudo ver durante cuatro años, puesto que se vio obligado a trabajar en condiciones de esclavitud a bordo de un barco pesquero tailandés, donde padeció torturas, hambre y la constante amenaza de muerte. Se pueden leer sus testimonios y el de otras víctimas (EN) de la trata laboral.

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