[…] El Mediterráneo es desde siempre lugar de tránsito, de intercambio y, en ocasiones, también de conflicto. Conocemos tantos. Este lugar nos coloca hoy ante una serie de cuestiones, a menudo dramáticas. Estas se pueden traducir en algunas preguntas que nos hemos hecho en el encuentro interreligioso de Abu Dhabi: ¿Cómo cuidarnos recíprocamente en la única familia humana? ¿Cómo alimentar una convivencia tolerante y pacífica que se traduzca en auténtica fraternidad? ¿Cómo hacer para que en nuestras comunidades prevalezca la acogida del otro, de quien es distinto a nosotros porque pertenece a una tradición religiosa y cultural diversa a la nuestra? ¿Cómo pueden ser las religiones caminos de hermandad y no muros de separación? Estas y otras cuestiones han de ser interpretadas a varios niveles, y piden un esfuerzo generoso de escucha, de estudio y de confrontación a fin de promover procesos de liberación, de paz, de fraternidad y de justicia. Debemos convencernos: Se trata de iniciar procesos, no de hacer definiciones de espacios, ocupar espacios… Iniciar procesos. […]