Declaración conjunta
del Papa Francisco
y del Patriarca Kiril de Moscú y de Todas las Rusias
[…] 10. En Siria e Irak la violencia se ha cobrado ya miles de vidas, dejando sin hogar y sin recursos a millones de personas. Exhortamos a la comunidad internacional a que se una para poner fin a la violencia y al terrorismo y, al mismo tiempo, para que a través del diálogo se contribuya a un rápido restablecimiento de la paz civil. Es importante que a las poblaciones martirizadas y a tantos refugiados en los países vecinos se les asegure una ayuda humanitaria a gran escala.
Pedimos a todos los que pueden influir en el destino de las personas secuestradas, entre las que se encuentran los Metropolitas de Alepo, Pablo y Juan Ibrahim, capturados en abril de 2013, a que hagan todo lo necesario para su pronta liberación.
11. Elevamos nuestras oraciones a Cristo, el Salvador del mundo, por el restablecimiento de la paz en Oriente Medio, que es «fruto de la justicia» (cf. Is 32, 17), para que se fortalezca la convivencia fraterna entre los diversos pueblos, las Iglesias y las religiones allí presentes, por el regreso de los refugiados a sus casas, por la curación de los heridos y el descanso eterno del alma de las víctimas inocentes.[…]
[…]17. Nuestra mirada se dirige a las personas que se encuentran en una situación de gran dificultad, que viven en condiciones de extrema necesidad y de pobreza, mientras que las riquezas materiales de la humanidad no dejan de aumentar. No podemos permanecer indiferentes frente al destino de millones de migrantes y refugiados que llaman a la puerta de los países ricos. El consumo desenfrenado, como se ve en algunos países más desarrollados, está agotando gradualmente los recursos de nuestro planeta. La creciente desigualdad en la distribución de los bienes materiales aumenta el sentimiento de injusticia respecto al sistema de relaciones internacionales que se ha establecido. […]