24 mayo 2014 | Discurso del Santo Padre, Discursos, Reunión

PEREGRINACIÓN A TIERRA SANTA CON OCASIÓN DEL 50 ANIVERSARIO DEL ENCUENTRO EN JERUSALÉN ENTRE EL PAPA PABLO VI Y EL PATRIARCA ATENÁGORAS (24-26 DE MAYO DE 2014) ENCUENTRO CON LOS REFUGIADOS Y LOS JÓVENES DISCAPACITADOS DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Iglesia latina de Betania ante el Jordán

Estimadas Autoridades, Eminencias, Excelencias,
Queridos hermanos y hermanas:
En mi peregrinación, he tenido mucho interés en encontrarme con ustedes que, a causa de sangrientos conflictos, han tenido que abandonar sus casas y su Patria y han encontrado refugio en la acogedora tierra de Jordania; y al mismo tiempo, con ustedes, queridos jóvenes, que experimentan el peso de alguna limitación física.
[…]

[…] Agradezco a las Autoridades y al pueblo jordano la generosa acogida de un número elevadísimo de refugiados provenientes de Siria y de Irak, y extiendo mi agradecimiento a todos aquellos que les prestan asistencia y solidaridad. Pienso también en la obra de caridad que desarrollan instituciones de la Iglesia como Caritas Jordania y otras que, asistiendo a los necesitados sin distinción de credo religioso, pertenencia étnica o ideológica, manifiestan el esplendor del rostro caritativo de Jesús, que es misericordioso. Que Dios omnipotente y clemente los bendiga a todos ustedes y todos sus esfuerzos por aliviar los sufrimientos causados por la guerra.

Me dirijo a la comunidad internacional para que no deje sola a Jordania, tan acogedora y valerosa, ante la emergencia humanitaria que se ha creado con la llegada de un número tan elevado de refugiados, sino que continúe e incremente su apoyo y ayuda. Renuevo mi vehemente llamamiento a la paz en Siria. Que cese la violencia y se respete el derecho humanitario, garantizando la necesaria asistencia a la población que sufre. Que nadie se empeñe en que las armas solucionen los problemas y todos vuelvan a la senda de las negociaciones. La solución, de hecho, sólo puede venir del diálogo y de la moderación, de la compasión por quien sufre, de la búsqueda de una solución política y del sentido de la responsabilidad hacia los hermanos. […]