PAPA FRANCISCO REGINA COELI

Plaza de San Pedro

[…] Antes de separarse de sus amigos, Jesús, refiriéndose al evento de su muerte y resurrección, les había dicho: «Vosotros sois testigos de estas cosas» (v. 48). Es decir, los discípulos son testigos de la muerte y de la resurrección de Cristo, ese día, también de la Ascensión de Cristo. Y, en efecto, después de haber visto a su Señor subir al cielo, los discípulos regresaron a la ciudad como testigos que con gozo anuncian a todos la vida nueva que viene del Crucificado resucitado, en cuyo nombre «se predicarán a todos los pueblos la conversión y el perdón de los pecados» (v. 47). Este es el testimonio —hecho no sólo de palabras sino también con la vida cotidiana—, el testimonio que cada domingo debería salir de nuestras iglesias para entrar durante la semana en las casas, en las oficinas, en la escuela, en los lugares de encuentro y de diversión, en los hospitales, en las cárceles, en las casas para ancianos, en los lugares llenos de inmigrantes, en las periferias de la ciudad… Este testimonio nosotros debemos llevarlo cada semana: ¡Cristo está con nosotros; Jesús subió al cielo, está con nosotros; Cristo está vivo! […]