Después del Regina Coeli
Queridos hermanos y hermanas:
Les doy las gracias a quienes han acompañado con la oración la visita que realicé ayer a la isla de Lesbos en Grecia. A los refugiados y al pueblo griego he llevado la solidaridad de la Iglesia. Estaban conmigo el patriarca ecuménico Bartolomé y el arzobispo Jerónimo de Atenas y de toda Grecia, para simbolizar la unidad en la caridad de todos los discípulos del Señor. Hemos visitado uno de los campos de refugiados: provenían de Irak, Afganistán, Siria, África y de muchos países… Hemos saludado a cerca de trescientos refugiados, uno por uno. Los tres: el patriarca Bartolomé, el arzobispo Jerónimo y yo. Muchos entre ellos eran niños; alguno de ellos —de estos niños— asistieron a la muerte de sus padres y de sus compañeros, algunos murieron ahogados en el mar. ¡He visto mucho dolor! Y quiero contar un caso particular, de un hombre joven, no tiene aún 40 años. Lo encontré ayer con sus dos hijos. Él es musulmán y me contó que estaba casado con una joven cristiana, se amaban y se respetaban mutuamente. Pero lamentablemente esta joven fue degollada por los terroristas, porque no quiso renegar a Cristo y abandonar su fe. ¡Es una mártir! Y ese hombre lloraba mucho… […]