28 mayo 2014 | Audiencia General

PAPA FRANCISCO AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro

En Jordania agradecí a las autoridades y al pueblo su compromiso en la acogida de numerosos refugiados provenientes de las zonas de guerra, un compromiso humanitario que merece y requiere el apoyo constante de la Comunidad internacional. Me ha conmovido la generosidad del pueblo jordano al recibir a los refugiados, muchos que huyen de la guerra, en esa zona. Que el Señor bendiga a este pueblo acogedor, que lo bendiga abundantemente. Y nosotros debemos rezar para que el Señor bendiga esta acogida y pedir a todas las instituciones internacionales que ayuden a este pueblo en el trabajo de acogida que realiza. Durante la peregrinación alenté también en otros lugares a las autoridades implicadas a proseguir los esfuerzos para disminuir las tensiones en la zona medio-oriental, sobre todo en la atormentada Siria, así como a continuar buscando una solución justa al conflicto israelí-palestino. Por ello invité al presidente de Israel y al presidente de Palestina, ambos hombres de paz y artífices de paz, a venir al Vaticano a rezar juntos conmigo por la paz. Y, por favor, os pido a vosotros que no nos dejéis solos: vosotros rezad, rezad mucho para que el Señor nos dé la paz, nos dé la paz en esa Tierra bendecida. Cuento con vuestras oraciones. Rezad con fuerza en este tiempo, rezad mucho para que venga la paz.[…]

[…]Dirijo un pensamiento particular a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Estamos a punto de concluir el mes mariano. La Madre de Dios, queridos jóvenes, puede ser su refugio en los momentos más difíciles; Apoyadlos, queridos enfermos, afrontad valientemente vuestra cruz diaria y sed vuestra referencia, queridos recién casados, para que vuestra familia sea un hogar para la oración y el entendimiento mutuo. Gracias.