6 septiembre 2015 | Angelus

PAPA FRANCISCO ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

LLAMAMIENTO

[…] Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, y están en camino hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos llama a ser «prójimos» de los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta. No vale decir sólo: «¡Ánimo, paciencia!…». La esperanza cristiana es combativa, con la tenacidad de quien va hacia una meta segura.
Por lo tanto, ante la proximidad del Jubileo de la misericordia, hago un llamamiento a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa para que expresen la realidad concreta del Evangelio y acojan a una familia de refugiados. Un gesto preciso en preparación del Año santo de la misericordia.
Que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa acoja a una familia, comenzando por mi diócesis de Roma.
Me dirijo a mis hermanos obispos de Europa, verdaderos pastores, para que en sus diócesis apoyen mi llamamiento, recordando que Misericordia es el segundo nombre del Amor: «En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40).
También las dos parroquias del Vaticano acogerán en los próximos días a dos familias de refugiados.