Después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Mi oración, y también la vuestra, tiene siempre presente el drama de los refugiados que huyen de guerras y otras situaciones inhumanas. En especial Grecia y los demás países que están en primera línea prestando a ellos un generoso auxilio, y que necesitan la colaboración de todas las naciones. Una respuesta coral puede ser eficaz y distribuir los pesos de forma equitativa. Por esto es necesario centrarse con firmeza y sin reservas en las negociaciones. Al mismo tiempo, he acogido con esperanza la noticia sobre el cese de las hostilidades en Siria, e invito a todos a rezar a fin de que la apertura de este resquicio pueda traer alivio a la población que sufre, favoreciendo las necesarias ayudas humanitarias, y abra el camino al diálogo y a la paz tan deseada.[…]