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SANTA MISA EN LA SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

[…] Y ahora nos preguntamos: ¿Cuál es el misterio en el que Dios se esconde? ¿Dónde puedo encontrarlo? Vemos a nuestro alrededor guerras, explotación de los niños, torturas, tráfico de armas, trata de personas… Jesús está en todas estas realidades, en todos estos hermanos y hermanas más pequeños que sufren tales situaciones (cf. Mt 25, 40.45). El pesebre nos presenta un camino distinto al que anhela la mentalidad mundana. Es el camino del anonadamiento de Dios, de esa humildad del amor de Dios que se abaja, se anonada, de su gloria escondida en el pesebre de Belén, en la cruz del Calvario, en el hermano y en la hermana que sufren. […]

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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE GRECIA EN VISITA «AD LIMINA APOSTOLORUM»

Queridos hermanos obispos:

[…] Esa diaconía de la fraternidad, por una parte, pide la custodia y el refuerzo de las tradiciones culturales y de las raíces cristianas de la sociedad helénica y, por otra, pide apertura hacia los valores culturales y espirituales de los que son portadores los numerosos inmigrantes, con espíritu de sincera acogida hacia estos hermanos y hermanas, sin distinción de raza, lengua o credo religioso. Vuestras comunidades cristianas, mostrándose verdaderamente unidas entre sí y al mismo tiempo abiertas al encuentro y a la acogida, especialmente hacia los más desfavorecidos, pueden contribuir realmente a transformar la sociedad, con el fin de hacerla más conforme al ideal evangélico. Me alegra saber que estáis comprometidos en esta acción pastoral y caritativa, sobre todo en favor de los inmigrantes, incluso irregulares, muchos de los cuales son católicos. Os aliento de todo corazón a continuar con un renovado impulso evangelizador, implicando en esta obra especialmente a los jóvenes, ellos son el futuro de la nación.[…]

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MENSAJE URBI ET ORBI DEL SANTO PADRE FRANCISCO NAVIDAD 2014

[…] A él, el Salvador del mundo, le pido hoy que guarde a nuestros hermanos y hermanas de Irak y de Siria, que padecen desde hace demasiado tiempo los efectos del conflicto que aún perdura y, junto con los pertenecientes a otros grupos étnicos y religiosos, sufren una persecución brutal. Que la Navidad les traiga esperanza, así como a tantos desplazados, prófugos y refugiados, niños, adultos y ancianos, de aquella región y de todo el mundo; que la indiferencia se transforme en cercanía y el rechazo en acogida, para que los que ahora están sumidos en la prueba reciban la ayuda humanitaria necesaria para sobrevivir a los rigores del invierno, puedan regresar a sus países y vivir con dignidad. Que el Señor abra los corazones a la confianza y otorgue la paz a todo el Medio Oriente, a partir la tierra bendecida por su nacimiento, sosteniendo los esfuerzos de los que se comprometen activamente en el diálogo entre israelíes y palestinos.[…]

[…]Que Jesús salve a tantos niños víctimas de la violencia, objeto de tráfico ilícito y trata de personas, o forzados a convertirse en soldados; niños, tantos niños que sufren abusos. Que consuele a las familias de los niños muertos en Pakistán la semana pasada. Que sea cercano a los que sufren por enfermedad, en particular a las víctimas de la epidemia de ébola, especialmente en Liberia, Sierra Leona y Guinea. Agradezco de corazón a los que se están esforzando con valentía para ayudar a los enfermos y sus familias, y renuevo un llamamiento ardiente a que se garantice la atención y el tratamiento necesario.

El Niño Jesús. Pienso en todos los niños hoy maltratados y muertos, sea los que lo padecen antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida; sean los niños desplazados a causa de las guerras y las persecuciones, sujetos a abusos y explotación ante nuestros ojos y con nuestro silencio cómplice; a los niños masacrados en los bombardeos, incluso allí donde ha nacido el Hijo de Dios. Todavía hoy, su silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes. Sobre su sangre campea hoy la sombra de los actuales Herodes. Hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad junto con las lágrimas del Niño Jesús. […]

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CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS CRISTIANOS DE ORIENTE MEDIO

[…] Al dirigirme a vosotros, no puedo olvidarme de otros grupos religiosos y étnicos que sufren también la persecución y las consecuencias de estos conflictos. Sigo cada día las noticias del inmenso sufrimiento de tantas personas en Oriente Medio. Pienso especialmente en los niños, las madres, los ancianos, los desplazados y refugiados, los que pasan hambre, los que tienen que soportar la dureza del invierno sin un techo bajo el que protegerse. Este sufrimiento clama a Dios y apela al compromiso de todos nosotros, con la oración y todo tipo de iniciativas. Deseo hacer llegar a todos mi cercanía y solidaridad, así como la de la Iglesia, y dar una palabra de consuelo y esperanza. […]

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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A SU BEATITUD IGNACE YOUSSIF III YOUNAN, PATRIARCA DE ANTIOQUÍA DE LOS SIRIOS, JUNTO CON OBISPOS Y FIELES DE LA COMUNIDAD SIRO-ANTIOQUENA

Beatitud,
excelencias, reverendos padres,
queridos hermanos y hermanas:

[…] Muchos han huido para ponerse a salvo de una inhumanidad que echa a la calle a poblaciones enteras, dejándolas sin medios de subsistencia. Con las otras Iglesias tratáis de coordinar vuestros esfuerzos para responder a las necesidades humanitarias, sea de cuantos permanecen en su patria, como de quienes se han refugiado en otros países. […]

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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCIS CON MOTIVO DE LA SEGUNDA CONFERENCIA INTERNACIONAL DEL GRUPO SANTA MARTA

Al cardenal Vincent Nichols
Arzobispo de Westminster
Presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales

Los saludo a ustedes y a todos los delegados reunidos en esta conferencia para discutir los esfuerzos constantes en la lucha contra la trata de personas. Estoy profundamente agradecido a todos los presentes por su determinación para combatir este mal y por el compromiso de continuar el trabajo iniciado durante la conferencia que tuvo lugar en el Vaticano en abril de este año. Sus esfuerzos para promover el diálogo permanente sobre los recursos legales para la trata de personas y la asistencia fundamental a quienes se someten a esta esclavitud son particularmente importantes dada la naturaleza oculta de este crimen. Nunca debemos olvidar, ni podemos ignorar, el sufrimiento de tantos hombres, mujeres y niños, cuya dignidad humana es violada a través de esta explotación. Agradezco al Secretario de Estado de Asuntos Internos del Gobierno Británico, al Jefe de la Policía Metropolitana y a la Conferencia de Obispos de Inglaterra y Gales por organizar este evento, así como a los delegados, quienes nuevamente demuestran su compromiso a través de la participación en esta iniciativa. Al asegurarte que la Iglesia sigue comprometida con la lucha contra la trata de personas y el cuidado de las víctimas de esta plaga, ofrezco la promesa de mis oraciones para que Dios Todopoderoso te bendiga y guíe tus esfuerzos.[…]

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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LA FEDERACIÓN DE ORGANISMOS CRISTIANOS DE SERVICIO INTERNACIONAL DE VOLUNTARIADO (FOCSIV)

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

[…] Muchos de los países en los que trabajáis conocen el escándalo de la guerra. Trabajando por el desarrollo de los pueblos, cooperáis también en construir la paz, buscando con perseverante tenacidad apaciguar los ánimos, acercar a las personas, construir puentes entre las culturas y las religiones. La fe os ayudará a hacerlo también en los países más difíciles, donde la espiral de la violencia parece no dejar espacio a la razón. Un signo de paz y de esperanza es vuestra actividad en los campos de refugiados, donde encontráis gente desesperada, rostros marcados por el abuso, niños que tienen hambre de alimento, de libertad y de futuro. ¡Cuánta gente en el mundo escapa de los horrores de la guerra! ¡Cuántas personas son perseguidas por motivo de su fe, obligadas a abandonar sus casas, sus lugares de culto, sus tierras, sus afectos! ¡Cuántas vidas rotas! ¡Cuánto sufrimiento y cuánta destrucción! Ante todo esto, el discípulo de Cristo no da un paso atrás, no gira la cara hacia otro lado, sino que busca hacerse cargo de esta humanidad que sufre, con projimidad y acogida evangélica.
Pienso en los inmigrantes y en los refugiados, quienes buscan dejar a sus espaldas duras condiciones de vida y peligros de todo tipo. Es necesaria la colaboración de todos, instituciones, ONG y comunidades eclesiales, para promover itinerarios de convivencia armónica entre personas y culturas diversas. Los movimientos migratorios piden adecuadas modalidades de acogida que no dejen a los inmigrantes en poder del mar y de bandas de traficantes sin escrúpulos. Al mismo tiempo, es necesaria una colaboración activa entre los Estados, para regular y gestionar eficazmente tales fenómenos. […]

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PAPA FRANCISCO AUDIENCIA GENERAL

[…] El último encuentro —esto fue hermoso y también doloroso— fue con un grupo de jóvenes refugiados, acogidos por los salesianos. Era muy importante para mí encontrarme con algunos refugiados de las zonas de guerra de Oriente Medio, tanto para expresarles mi cercanía y la de la Iglesia como para poner de relieve el valor de la acogida, en la que también Turquía se ha comprometido en gran medida. Agradezco una vez más a Turquía por esta acogida de tantos refugiados y doy las gracias de corazón a los salesianos de Estambul. Estos salesianos trabajan con los refugiados, son buenos. Me reuní también con otros padres, con un jesuita alemán y con otros que trabajan con los refugiados; pero ese oratorio salesiano de refugiados es algo hermoso, es un trabajo oculto. Agradezco mucho a todas las personas que trabajan con los refugiados. Recemos por todos los refugiados y desplazados, y para que se eliminen las causas de esta dolorosa llaga.[…]

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CEREMONIA PARA LA FIRMA DE LA DECLARACIÓN DE LOS LÍDERES RELIGIOSOS CONTRA LA ESCLAVITUD PALABRAS DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Señoras y Señores,
Agradezco a todos los líderes religiosos aquí reunidos por su compromiso en favor de los sobrevivientes de la trata de personas, y a todos los presentes por su intensa participación en este acto de fraternidad especialmente para con los más sufridos de nuestros hermanos.
Inspirados por nuestras confesiones de fe, hoy nos hemos reunido con motivo de una iniciativa histórica y de una acción concreta: declarar que trabajaremos juntos para erradicar el terrible flagelo de la esclavitud moderna en todas sus formas. […]

[…] Por eso, declaramos en nombre de todos y de cada uno de nuestros credos que la esclavitud moderna, en término de trata de personas, trabajo forzado, prostitución, explotación de órganos, es un crimen de lesa humanidad. Sus víctimas son de toda condición, pero las más veces se hayan entre los más pobres y vulnerables de nuestros hermanos y hermanas.[…]

[…] A pesar de los grandes esfuerzos de muchos, la esclavitud moderna sigue siendo un flagelo atroz que está presente a gran escala en todo el mundo, incluso como turismo. Este crimen de lesa humanidad se enmascara en aparentes costumbres aceptadas, pero en realidad hace sus víctimas en la prostitución, la trata de personas, el trabajo forzado, el trabajo esclavo, la mutilación, la venta de órganos, el mal uso de la droga, el trabajo de niños. Se oculta tras puertas cerradas, en domicilios particulares, en las calles, en automóviles, en fábricas, en campos, en barcos pesqueros y en muchas otras partes. […]

[…]Pido al Señor nos conceda hoy la gracia de convertirnos nosotros mismos en el prójimo de cada persona, sin excepción, y de brindarle ayuda activamente siempre que se cruce en nuestro camino, se trate ya de un anciano abandonado por todos, un trabajador injustamente esclavizado y despreciado, una refugiada o refugiado atrapado por los lazos de la mala vida, un joven o una joven que camine por las calles del mundo víctima del comercio sexual, un hombre o una mujer prostituida con engaños por gente sin temor de Dios, un niño o una niña mutilada de sus órganos, que llaman nuestras conciencias haciendo eco de la voz del Señor: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de mis hermanos, lo hicieron conmigo”. […]

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VIAJE APÓSTOLICO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A TURQUÍA (28-30 DE NOVIEMBRE DE 2014) SALUDO A LOS JÓVENES REFUGIADOS ASISTIDOS POR LOS SALESIANOS PALABRAS DEL SANTO PADRE

Queridos jóvenes
He deseado mucho este encuentro con ustedes. Hubiera querido encontrarme también con otros refugiados, pero no ha sido posible hacer de otra manera. Ustedes vienen de Turquía, Siria, Irak, y de otros países del Medio Oriente y de África. Están aquí en representación de cientos de otros jóvenes, muchos de ellos refugiados y desplazados, asistidos cotidianamente por los Salesianos. Quiero expresar mi participación en su sufrimiento y espero que mi visita, con la gracia del Señor, pueda darles un poco de consuelo en su difícil situación. Esta es la triste consecuencia de conflictos exasperados y de la guerra, que siempre es un mal y nunca es la solución de los problemas, sino que más bien crea otros.
Los refugiados, como ustedes, se encuentran a menudo carentes, a veces durante mucho tiempo, de los bienes primarios: vivienda digna, asistencia sanitaria, educación, trabajo. Tuvieron que abandonar no sólo bienes materiales, sino, principalmente, la libertad, la cercanía de los familiares, su entorno de vida y las tradiciones culturales. Las condiciones degradantes en las que muchos refugiados tienen que vivir son intolerables. Por eso es preciso hacer todo esfuerzo para eliminar las causas de esta realidad. Hago un llamamiento para una mayor convergencia internacional para resolver los conflictos que ensangrientan sus tierras de origen, para contrarrestar las otras causas que obligan a las personas a abandonar su patria y promover las condiciones que les permitan quedarse o retornar. Aliento a todos los que están trabajando generosa y lealmente por la justicia y la paz a no desanimarse. Me dirijo a los líderes políticos para que tengan en cuenta que la gran mayoría de sus poblaciones aspiran a la paz, aunque a veces ya no tienen la fuerza ni la voz para pedirla.
Muchas organizaciones están haciendo mucho por los refugiados; me alegra particularmente la obra eficaz de los numerosos grupos católicos, que ofrecen ayuda generosa a tantas personas necesitadas sin discriminación alguna. Deseo expresar vivo reconocimiento a las autoridades turcas por el gran esfuerzo realizado en la asistencia a los desplazados, especialmente los refugiados sirios e iraquíes, y por el compromiso real de intentar satisfacer sus exigencias. Espero también que no falte el apoyo necesario de la comunidad internacional.[…]