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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN EL FORO MUNDIAL FORTUNE-TIME 2016

Queridos amigos:

[…] Me agrada recibiros a todos vosotros, participantes en el Fortune-Time Global Forum, y expreso mi aprecio por vuestro trabajo durante estos dos días. Doy las gracias a la señora Nancy Gibbs e al Señor Alan Murray por sus corteses palabras. El tema elegido «El desafío del siglo xxi: crear un nuevo pacto social», es verdaderamente oportuno y tiene como objetivo la necesidad urgente de más modelos económicos inclusivos y justos. El tiempo transcurrido juntos os ha permitido un considerable intercambio de ideas y el intercambio de informaciones. Y eso es tan importante, que aquello que ahora se requiere no es un nuevo acuerdo social en abstracto, sino ideas concretas y una acción eficaz que irá en favor de todos e iniciará a responder a las urgentes cuestiones de nuestros días.
Quisiera decir un gracias especial por todo lo que estáis haciendo para promover la centralidad y la dignidad de la persona humana dentro de las instituciones y de modelos económicos, y para llamar la atención sobre la llaga de los pobres y los refugiados, que a menudo son olvidados por la sociedad. Cuando ignoramos el grito de muchos de nuestros hermanos y hermanas de todas las partes del mundo, no sólo les negamos los derechos y los valores que han recibido de Dios, sino que además rechazamos su sabiduría y les impedimos ofrecer al mundo sus talentos, su tradiciones y sus culturas. Estos comportamientos aumentan el sufrimiento de los pobres y de los marginados, y nosotros mismos nos hacemos más pobres, no sólo materialmente, sino también moralmente y espiritualmente.
Nuestro mundo hoy está marcado por una gran inquietud. La desigualdad entre los pueblos sigue creciendo y muchas comunidades están afectadas directamente por la guerra y la pobreza o por la partida forzada de los migrantes y refugiados. La gente quiere hacer oír su voz y expresar sus propias preocupaciones y miedos. Quiere dar su legítima contribución a las comunidades locales y a la más amplia parte de la sociedad, y beneficiarse de los recursos y del desarrollo muy a menudo reservados a unos pocos. Y eso, mientras puede crear conflictos y dejar al descubierto los muchos sufrimientos de nuestro mundo, también nos permite comprender que estamos viviendo un momento de esperanza. Porque cuando reconocemos finalmente el mal entre nosotros, podemos intentar sanarlo aplicando la cura adecuada. Precisamente vuestra presencia aquí es hoy un signo de tal esperanza, porque demuestra que vosotros reconocéis los problemas que están ante la necesidad de actuar con decisión. Esta estrategia de renovación y esperanza requiere una conversión institucional y personal; un cambio del corazón que confiere el primado a las más profundas expresiones de nuestra común humanidad, de nuestras culturas, de nuestras convicciones religiosas y de nuestras tradiciones. […]

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SALUDO DEL SANTO PADRE FRANCIS A LOS PARTICIPANTES EN LA PEREGRINACIÓN DE LA POLÍTICA FRANCESA ELEGIDO EN LA REGIÓN RHÔNE-ALPES

[…] En este sentido, la búsqueda del bien común que te anima te lleva a escuchar con especial atención a todas las personas en condiciones de inseguridad, sin olvidar a los migrantes que han huido de sus países a causa de la guerra, la pobreza, de la violencia Por lo tanto, en el ejercicio de sus responsabilidades, puede contribuir a la construcción de una sociedad más justa y humana, de una sociedad acogedora y fraterna. […]

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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS JÓVENES ITALIANOS DEL SERVICIO CIVIL NACIONAL

[…] Otro ámbito de acción que debe ser particularmente importante para vosotros es el de la ayuda a los refugiados y migrantes, los cuales piden ser socorridos e integrados en el tejido social. Italia está admirablemente comprometida en esta tarea —¡es un ejemplo!—; al expresar mi aprecio por todo ello, exhorto a proseguir con valor tanto en el plano de la acogida concreta como en el de la sensibilización y de una verdadera integración. Gracias por la labor que hace Italia. […]

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CARTA APOSTÓLICA Misericordia et misera DEL SANTO PADRE FRANCISCO AL CONCLUIR EL JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA

18. Es el momento de dejar paso a la fantasía de la misericordia para dar vida a tantas iniciativas nuevas, fruto de la gracia. La Iglesia necesita anunciar hoy esos «muchos otros signos» que Jesús realizó y que «no están escritos» (Jn 20,30), de modo que sean expresión elocuente de la fecundidad del amor de Cristo y de la comunidad que vive de él. Han pasado más de dos mil años y, sin embargo, las obras de misericordia siguen haciendo visible la bondad de Dios.
Todavía hay poblaciones enteras que sufren hoy el hambre y la sed, y despiertan una gran preocupación las imágenes de niños que no tienen nada para comer. Grandes masas de personas siguen emigrando de un país a otro en busca de alimento, trabajo, casa y paz. La enfermedad, en sus múltiples formas, es una causa permanente de sufrimiento que reclama socorro, ayuda y consuelo. Las cárceles son lugares en los que, con frecuencia, las condiciones de vida inhumana causan sufrimientos, en ocasiones graves, que se añaden a las penas restrictivas. El analfabetismo está todavía muy extendido, impidiendo que niños y niñas se formen, exponiéndolos a nuevas formas de esclavitud. La cultura del individualismo exasperado, sobre todo en Occidente, hace que se pierda el sentido de la solidaridad y la responsabilidad hacia los demás. Dios mismo sigue siendo hoy un desconocido para muchos; esto representa la más grande de las pobrezas y el mayor obstáculo para el reconocimiento de la dignidad inviolable de la vida humana.

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CONSISTORIO ORDINARIO PÚBLICO PARA LA CREACIÓN DE NUEVOS CARDENALES CAPILLA PAPAL HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

[…] La nuestra es una época caracterizada por fuertes cuestionamientos e interrogantes a escala mundial. Nos toca transitar un tiempo donde resurgen epidémicamente, en nuestras sociedades, la polarización y la exclusión como única forma posible de resolver los conflictos. Vemos, por ejemplo, cómo rápidamente el que está a nuestro lado ya no sólo posee el estado de desconocido o inmigrante o refugiado, sino que se convierte en una amenaza; posee el estado de enemigo. Enemigo por venir de una tierra lejana o por tener otras costumbres. Enemigo por su color de piel, por su idioma o su condición social, enemigo por pensar diferente e inclusive por tener otra fe. Enemigo por… Y sin darnos cuenta esta lógica se instala en nuestra forma de vivir, de actuar y proceder. Entonces, todo y todos comienzan a tener sabor de enemistad. Poco a poco las diferencias se transforman en sinónimos de hostilidad, amenaza y violencia. Cuántas heridas crecen por esta epidemia de enemistad y de violencia, que se sella en la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de esta patología de la indiferencia. Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento se siembran por este crecimiento de enemistad entre los pueblos, entre nosotros. Sí, entre nosotros, dentro de nuestras comunidades, de nuestros presbiterios, de nuestros encuentros. El virus de la polarización y la enemistad se nos cuela en nuestras formas de pensar, de sentir y de actuar. No somos inmunes a esto y tenemos que velar para que esta actitud no cope nuestro corazón, porque iría contra la riqueza y la universalidad de la Iglesia que podemos palpar en este Colegio Cardenalicio. Venimos de tierras lejanas, tenemos diferentes costumbres, color de piel, idiomas y condición social; pensamos distinto e incluso celebramos la fe con ritos diversos. Y nada de esto nos hace enemigos, al contrario, es una de nuestras mayores riquezas […]

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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN UNA CONFERENCIA DE LA UNIÓN INTERNACIONAL DE EMPRESARIOS CATÓLICOS (UNIAPAC)

Señor Cardenal,
Señor Presidente de UNIAPAC,
Queridos amigos:

[…] Hay un segundo riesgo que debe ser asumido por los empresarios. El riesgo de la honestidad. La corrupción es la peor plaga social. Es la mentira de buscar el provecho personal o del propio grupo bajo las apariencias de un servicio a la sociedad. Es la destrucción del tejido social bajo las apariencias del cumplimiento de la ley. Es la ley de la selva disfrazada de aparente racionalidad social. Es el engaño y la explotación de los más débiles o menos informados. Es el más craso egoísmo, oculto detrás de una aparente generosidad. La corrupción está generada por la adoración del dinero y vuelve al corrupto, prisionero de esa misma adoración. La corrupción es un fraude a la democracia, y abre las puertas a otros males terribles como la droga, la prostitución y la trata de personas, la esclavitud, el comercio de órganos, el tráfico de armas, etc. La corrupción es hacerse seguidor del diablo, padre de la mentira. […]

Sobre la fraternidad, no puedo dejar de compartir con ustedes el tema de las emigraciones y de los refugiados, que oprime nuestros corazones. Hoy, las emigraciones y los desplazamientos de una multitud de personas en busca de protección se han convertido en un dramático problema humano. La Santa Sede y las Iglesias locales están haciendo esfuerzos extraordinarios para afrontar eficazmente las causas de esta situación, buscando la pacificación de las regiones y países en guerra y promoviendo el espíritu de acogida; pero no siempre se consigue todo lo que se desea. Les pido ayuda también a ustedes. Por una parte, traten de convencer a los gobiernos para que renuncien a cualquier tipo de actividad bélica. Como se dice en los ambientes de negocios: un «mal» acuerdo es siempre mejor que una «buena» pelea. Colaboren en crear fuentes de trabajo digno, estables y abundantes, tanto en los lugares de origen como en los de llegada y, en estos, tanto para la población local como para los inmigrantes. Hay que hacer que la inmigración siga siendo un factor importante de desarrollo. […]

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DIRECCIÓN DEL SANTO PADRE FRANCIS A LOS MIEMBROS DEL CONSEJO REPRESENTATIVO DE «CARITAS INTERNATIONALIS»

Queridos hermanos y hermanas:

[…] Te invito a siempre tener coraje profético, a rechazar todo lo que humilla al hombre, y cualquier forma de explotación que lo degrade. Continúe colocando esos pequeños y grandes signos de hospitalidad y solidaridad que tienen la capacidad de iluminar las vidas de niños y ancianos, migrantes y refugiados en busca de paz. Me complace saber que Caritas Internationalis llevará adelante una campaña sobre el tema de la migración. Espero que esta hermosa iniciativa abra los corazones de muchos para darles la bienvenida a refugiados y migrantes, para que realmente puedan sentirse «como en casa» en nuestras comunidades. Que sea su cuidado apoyar, con renovado compromiso, los procesos de desarrollo y los caminos de la paz en los países donde nuestros hermanos y hermanas huyen o se van en busca de un futuro mejor. […]

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DIRECCIÓN DEL SANTO PADRE FRANCIS A LOS PARTICIPANTES EN LA REUNIÓN SOBRE TRATAMIENTO DE SERES HUMANOS PROMOVIDO POR «RENATEAR» (RELIGIOSO EN EUROPA REDACCIÓN DE TRABAJOS CONTRA LA TRATA Y LA EXPLOTACIÓN)

[…] Una de las heridas más dolorosas es el tráfico de seres humanos, una forma moderna de
la esclavitud, que viola la dignidad, el don de Dios, en muchos de nuestros hermanos y hermanas y constituye una verdadera
crimen contra la humanidad. Si bien se ha hecho mucho para conocer la gravedad y el alcance de la
fenómeno, aún queda mucho por hacer para elevar el nivel de conciencia en la opinión
público y para establecer una mejor coordinación de los esfuerzos por parte de los gobiernos, las autoridades
trabajadores judiciales, legislativos y sociales.
Como bien saben, uno de los desafíos de este trabajo de sensibilización, educación y
la coordinación es una cierta indiferencia e incluso complicidad, una tendencia de muchos a
pasar al otro lado (ver Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 211) mientras poderosos intereses económicos e
redes criminales están en el trabajo. Por esta razón, expreso mi agradecimiento por los suyos
compromiso con el fin de aumentar la conciencia social sobre la dimensión de este flagelo, que
afecta especialmente a mujeres y niños. Pero de una manera especial te agradezco por los tuyos
fiel testigo del Evangelio de la misericordia, como lo demuestra su compromiso con
recuperación y rehabilitación de víctimas.

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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN EL ENCUENTRO MUNDIAL DE MOVIMIENTOS POPULARES

Hermanas y hermanos, buenas tardes.

[…]Sé que dedicaron una jornada al drama de los migrantes, refugiados y desplazados. ¿Qué hacer frente a esta tragedia? En el Dicasterio que tiene a su cargo el Cardenal Turkson hay un departamento para la atención de esas situaciones. Decidí que, al menos por un tiempo, ese departamento dependa directamente del Pontífice, porque aquí hay una situación oprobiosa, que sólo puedo describir con una palabra que me salió espontáneamente en Lampedusa: vergüenza.
Allí, como también en Lesbos, pude sentir de cerca el sufrimiento de tantas familias expulsadas de su tierra por razones económicas o violencias de todo tipo, multitudes desterradas –lo he dicho frente a las autoridades de todo el mundo– como consecuencia de un sistema socioeconómico injusto y de los conflictos bélicos que no buscaron, que no crearon quienes hoy padecen el doloroso desarraigo de su suelo patrio sino más bien muchos de aquellos que se niegan a recibirlos.
Hago mías las palabras de mi hermano el Arzobispo Hieronymus de Grecia: «Quien ve los ojos de los niños que encontramos en los campos de refugiados es capaz de reconocer de inmediato, en su totalidad, la “bancarrota” de la humanidad» (Discurso en el Campo de refugiados de Moria, Lesbos, 16 de abril de 2016) ¿Qué le pasa al mundo de hoy que, cuando se produce la bancarrota de un banco de inmediato aparecen sumas escandalosas para salvarlo, pero cuando se produce esta bancarrota de la humanidad no hay casi ni una milésima parte para salvar a esos hermanos que sufren tanto? Y así el Mediterráneo se ha convertido en un cementerio, y no sólo el Mediterráneo… tantos cementerios junto a los muros, muros manchados de sangre inocente. Durante los días de este encuentro, lo decían en el vídeo: ¿Cuántos murieron en el Mediterráneo?
El miedo endurece el corazón y se transforma en crueldad ciega que se niega a ver la sangre, el dolor, el rostro del otro. Lo dijo mi hermano el Patriarca Bartolomé: «Quien tiene miedo de vosotros no os ha mirado a los ojos. Quien tiene miedo de vosotros no ha visto vuestros rostros. Quien tiene miedo no ve a vuestros hijos. Olvida que la dignidad y la libertad trascienden el miedo y trascienden la división. Olvida que la migración no es un problema de Oriente Medio y del norte de África, de Europa y de Grecia. Es un problema del mundo» (Discurso en el Campo de refugiados de Moria, Lesbos, 16 de abril de 2016).
Es, en verdad, un problema del mundo. Nadie debería verse obligado a huir de su Patria. Pero el mal es doble cuando, frente a esas circunstancias terribles, el migrante se ve arrojado a las garras de los traficantes de personas para cruzar las fronteras y es triple si al llegar a la tierra donde creyó que iba a encontrar un futuro mejor, se lo desprecia, se lo explota, incluso se lo esclaviza. Esto se puede ver en cualquier rincón de cientos de ciudades. O simplemente no se lo deja entrar.
Les pido a ustedes que hagan todo lo que puedan. Nunca se olviden que Jesús, María y José experimentaron también la condición dramática de los refugiados. Les pido que ejerciten esa solidaridad tan especial que existe entre los que han sufrido. Ustedes saben recuperar fábricas de la bancarrota, reciclar lo que otros tiran, crear puestos de trabajo, labrar la tierra, construir viviendas, integrar barrios segregados y reclamar sin descanso como esa viuda del Evangelio que pide justicia insistentemente (cf. Lc 18,1-8). Tal vez con vuestro ejemplo y su insistencia, algunos Estados y Organismos internacionales abran los ojos y adopten las medidas adecuadas para acoger e integrar plenamente a todos los que, por una u otra circunstancia, buscan refugio lejos de su hogar. Y también para enfrentar las causas profundas por las que miles de hombres, mujeres y niños son expulsados cada día de su tierra natal. […]

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AUDIENCIA INTERRELIGIOSA DIRECCIÓN DEL SANTO PADRE FRANCIS

Queridos amigos

[…] El tema de la Misericordia está familiarizado con muchas tradiciones religiosas y culturales, la compasión y la paloma Son esenciales la no violencia y el alarde de la vida «Lo rígido y lo duro pertenecen a la muerte, lo dulce y lo tierno pertenecen a la vida» da fe de un antiguo dicho sapiencial (Tao-Te-Ching, 76). Inclinarse con ternura compasiva hacia la humanidad débil y necesitada pertenece a un alma verdaderamente religiosa, que rechaza la tentación de prevaricar con fuerza que mercantiliza el rechazo de la vida humana en el Otro ve y de los hermanos, nunca los números. Acercarse a los que viven situaciones que requieren un sacerdote mayor come enfermedad, discapacidad, pobreza, injusticia, consecuencias de conflictos y migraciones, Che y un llamado desde el corazón de TODO es auténticamente tradición religiosa. Y el eco de la voz divina, que habla a la conciencia de cada uno, invitando al replegamiento anterior, supera su propio ser para conocer y abrir: sobre nosotros se abre el otro, Bussa Che a la Puerta del Corazón; abierto al otro Junto a nosotros, que toca la puerta de la casa, pidiendo ATENCIÓN y ayuda.[…]