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PAPA FRANCISCO ÁNGELUS

Después del Ángelus
[…] En estos tiempos agitados en los que los afganos buscan refugio, rezo por
los más vulnerables entre ellos. Rezo para que muchos países acojan y protejan
a quienes buscan una nueva vida. Rezo también por los desplazados internos,
para que tengan la asistencia y la protección necesarias. Que los jóvenes
afganos puedan recibir instrucción, un bien esencial para el desarrollo humano, y
que todos los afganos, ya sea en su patria, en tránsito o en los países de
acogida, puedan vivir con dignidad, en paz y fraternidad con sus vecinos. […]

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PAPA FRANCISCO ÁNGELUS

Después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
[…] Sigo con gran preocupación la situación en Afganistán y participo del
sufrimiento de quienes lloran por las personas que perdieron la vida en los
atentados suicidas que se produjeron el jueves pasado, y de quienes buscan
ayuda y protección. Encomiendo los muertos a la misericordia de Dios
Todopoderoso y doy las gracias a quienes están trabajando para ayudar a esa
población tan probada, especialmente a las mujeres y a los niños. Les pido a
todos que sigan ayudando a los necesitados y que recen para que el diálogo y la
solidaridad conduzcan al establecimiento de una convivencia pacífica y fraterna y
ofrezcan esperanza para el futuro del país. En momentos históricos como este no
podemos permanecer indiferentes, la historia de la Iglesia nos lo enseña. Como
cristianos, esta situación nos compromete. Por eso hago un llamamiento a todos
para que se intensifique la oración y se practique el ayuno. Oración y ayuno,
oración y penitencia. Este es el momento de hacerlo. Hablo en serio: intensificar
la oración y practicar el ayuno, pidiendo al Señor misericordia y perdón. […]

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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN EL ENCUENTRO PROMOCIONADO DE LA RED INTERNACIONAL DE LEGISLADORES CATÓLICOS

¡Damas y caballeros!
Me complace reunirme nuevamente con ustedes, parlamentarios de diferentes países, en este momento crítico de la historia: un momento crítico de la historia. Agradezco al cardenal Schönborn y al señor Alting von Geusau sus palabras de saludo y presentación. Y me regocijo en la presencia de Su Santidad Ignatius Aphrem II, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Siria.
Desde los inicios de la Red Internacional de Legisladores Católicos en 2010, han acompañado, apoyado y promovido el trabajo de la Santa Sede como testigos del Evangelio al servicio de sus países y de la comunidad internacional en su conjunto. Agradezco su amor por la Iglesia y su colaboración con su misión.
Nuestro encuentro tiene lugar hoy en un momento muy difícil. La pandemia de Covid-19 está arrasando. Sin duda, hemos logrado un progreso significativo en la creación y distribución de vacunas eficaces, pero todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Ya se han registrado más de doscientos millones de casos confirmados y cuatro millones de muertes por esta terrible plaga, que también ha causado tanta ruina económica y social.
Su papel como parlamentarios es, por tanto, más importante que nunca. Preparados para servir al bien común, ahora están llamados a colaborar, a través de su acción política, en la renovación integral de sus comunidades y de la sociedad en su conjunto. No solo para derrotar al virus, ni para volver al status quo antes de la pandemia, no, sería una derrota, sino para abordar las causas profundas que la crisis ha revelado y amplificado: la pobreza, la desigualdad social, el desempleo generalizado y la carencia. de acceso a la educación. Hermanos y hermanas, una crisis no sale igual: saldremos mejor o peor. No puedes salir de una crisis solo: saldremos juntos o no podremos salir de ella.
En una era de disturbios políticos y polarización, no siempre se tiene en alta estima a los parlamentarios y políticos. Esto no es nuevo para ti. Sin embargo, ¿qué vocación más elevada existe que la de servir al bien común y priorizar el bienestar de todos por encima del beneficio personal? Tu objetivo debe ser siempre este, porque la buena política es indispensable para la fraternidad universal y la paz social (cf. Enc. Hermanos Todos, 176).
En nuestra época, en particular, uno de los mayores desafíos en este horizonte es la administración de tecnología para el bien común. Las maravillas de la ciencia y la tecnología modernas han aumentado nuestra calidad de vida. “Es justo alegrarse de estos avances y entusiasmarnos ante las amplias posibilidades que nos abren estas continuas innovaciones, porque la ciencia y la tecnología son un maravilloso producto de la creatividad humana que es un don de Dios” (Enc. Laudato si ‘, 102). Sin embargo, abandonados a sí mismos y solo a las fuerzas del mercado, sin las pautas adecuadas dadas por las asambleas legislativas y otras autoridades públicas guiadas por un sentido de responsabilidad social, estas innovaciones pueden amenazar la dignidad del ser humano.
No se trata de frenar el progreso tecnológico. Sin embargo, las herramientas de la política y la regulación permiten a los parlamentarios proteger la dignidad humana cuando se ve amenazada. Pienso, por ejemplo, en el flagelo de la pornografía infantil, la explotación de datos personales, los ataques a infraestructuras críticas como hospitales, las falsedades difundidas a través de las redes sociales, etc. Una legislación cuidadosa puede y debe guiar la evolución y aplicación de la tecnología para el bien común. Los animo, hermanos y hermanas, por tanto, a que asuman cordialmente la tarea de una reflexión moral seria y profunda sobre los riesgos y oportunidades inherentes al progreso científico y tecnológico, para que la legislación y los estándares internacionales que los rigen puedan enfocarse en promover el desarrollo humano, integral y la paz, más que el progreso como un fin en sí mismo.
Los parlamentarios reflejan naturalmente las fortalezas y debilidades de quienes representan, cada una con especificidades para poner al servicio del bien de todos. El compromiso de la ciudadanía, en los distintos ámbitos de participación social, civil y política, es fundamental. Todos estamos llamados a promover el espíritu solidario, partiendo de las necesidades de las personas más débiles y desfavorecidas. Sin embargo, para sanar el mundo, severamente probado por la pandemia, y para construir un futuro más inclusivo y sostenible en el que la tecnología atienda las necesidades humanas y no nos aísle los unos de los otros, necesitamos no solo ciudadanos responsables sino también líderes preparados y animados. por el principio del bien común.
Queridos amigos, que el Señor les conceda ser levadura de una regeneración de mente, corazón y espíritu, testigos del amor político por los más vulnerables, para que, sirviéndoles, le sirvan en todo lo que hagan.

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ÁNGELUS

Después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Me uno a la preocupación unánime por la situación en Afganistán. Les pido que recen conmigo al Dios de la paz para que cese el estruendo de las armas y se encuentren soluciones en la mesa del diálogo. Solo así la atormentada población de ese país —hombres, mujeres, ancianos y niños— podrá volver a sus hogares y vivir en paz y seguridad con pleno respeto mutuo. […]

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AUDIENCIA GENERAL

LLAMAMIENTO POR EL LÍBANO
Un año después de la terrible explosión en el puerto de Beirut, capital del Líbano, que causó muerte y destrucción, llevo en mis pensamientos a ese amado País, sobre todo a las víctimas, a sus familias, a los numerosos heridos y a cuantos han perdido la casa y el trabajo. Y muchos son los que han perdido la ilusión de vivir.
En la jornada de reflexión y oración por el Líbano, el pasado 1 de julio, junto con los líderes religiosos cristiano, hemos hecho nuestras las aspiraciones y las expectativas del pueblo libanés, cansado y decepcionado, y le pedimos a Dios la luz de la esperanza para superar esa dura crisis. Hoy dirijo un llamamiento a la comunidad internacional, pidiéndole que ayude al Líbano a emprender un camino de “resurrección”, a través de gestos concretos, no sólo con palabras, sino con gestos concretos. En este sentido, espero que la conferencia, promovida por Francia y las Naciones Unidas, que se está ahora celebrando, sea fructífera.
Querido libaneses, mi deseo de ir a visitarlos es grande. No me canso de rezar por ustedes, pidiendo que Líbano vuelva a ser un mensaje de fraternidad, un mensaje de paz para todo Oriente Medio. […]

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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN EL CAPÍTULO GENERAL DELA ORDEN DE LOS FRAILES MENORES

¡Queridos hermanos!
[…] Desde hace muchos meses, a causa de la pandemia, nos encontramos viviendo situaciones de emergencia, aislamiento y sufrimiento. Por un lado, esta experiencia crítica nos anima a todos a reconocer que nuestra vida terrenal es un camino que hay que recorrer como peregrinos y forasteros, hombres y mujeres itinerantes, dispuestos a aligerarnos de cosas y exigencias personales. Pienso en vuestras comunidades, llamadas a ser una humilde presencia profética en medio del pueblo de Dios y un testimonio de fraternidad y de vida sencilla y alegre. […]

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ÁNGELUS

Después del Ángelus:
Queridos hermanos y hermanas:
En los últimos días, mi oración se ha dirigido a menudo a Haití, tras el asesinato del presidente y la agresión a su esposa. Me sumo al sentido llamamiento de los obispos del país para «deponer las armas, elegir la vida, elegir la convivencia fraternal en interés de todos y en interés de Haití». Estoy cerca del querido pueblo haitiano; espero que la espiral de violencia cese y que la nación pueda reanudar el camino hacia un futuro de paz y concordia.
Hoy es el «Domingo del Mar», dedicado de manera especial a la gente de mar y a todos los que dependen del mar para su trabajo y sustento. Rezo por ellos y exhorto a todos a cuidar los océanos y los mares. Cuidar la salud de los mares: ¡nada de plástico en el mar! […]

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MENSAJE A LOS LÍDERES POLÍTICOS DE SUDÁN DEL SUR CON OCASIÓN DEL 10° ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA

A Sus Excelencias
los líderes políticos de Sudán del Sur

Excelencias:

En este día en que se cumplen diez años de la Independencia de Sudán del Sur, os enviamos nuestros cordiales buenos deseos, conscientes de que este aniversario trae a la memoria vuestras luchas pasadas y apunta con esperanza al futuro. Vuestra nación ha sido bendecida con un inmenso potencial y os animamos a que hagáis un esfuerzo cada vez mayor para que vuestro pueblo pueda disfrutar de todos los frutos de la independencia.

Cuando os escribimos por última vez en Navidad, rezamos para que pudierais experimentar una mayor confianza entre vosotros y ser más generosos en el servicio a vuestro pueblo. Desde entonces, nos alegramos de ver algunos pequeños avances. Desgraciadamente, vuestro pueblo sigue viviendo en el miedo y la incertidumbre, y no confía en que su nación pueda hacer realidad la «justicia, libertad y prosperidad» que se celebran en vuestro himno nacional. Todavía queda mucho por hacer en Sudán del Sur para dar forma a una nación que refleje el Reino de Dios, donde se respete la dignidad de todos y todos se reconcilien (cf. 2 Corintios 5). Esto puede requerir un sacrificio personal por vuestra parte como líderes —el ejemplo de liderazgo de Cristo lo muestra claramente— y hoy queremos que sepáis que estamos a vuestro lado mientras miráis al futuro y tratáis de discernir de nuevo cómo servir mejor a todo el pueblo de Sudán del Sur.

Recordamos con alegría y agradecimiento el histórico encuentro de los líderes políticos y religiosos de Sudán del Sur en el Vaticano en 2019 y las importantes promesas formuladas en esa ocasión. Rezamos para que esas promesas plasmen vuestras acciones, de modo que nos sea posible visitar y celebrar en persona con vosotros y vuestro pueblo, honrando vuestras aportaciones a una nación que cumpla las esperanzas del 9 de julio de 2011. Mientras tanto, invocamos sobre vosotros y sobre todos en Sudán del Sur las bendiciones de Dios de fraternidad y paz.

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VIDEOMENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO CON OCASIÓN DEL ENCUENTRO INTERNACIONAL “LA CIENCIA PARA LA PAZ”

Deseo expresar mi agradecimiento a los organizadores del encuentro «La ciencia para la paz» con motivo del jubileo de San Gabriel cuyo santuario se halla en las faldas del Gran Sasso, sede de los Laboratorios Nacionales de Física Nuclear.

Saludo a las autoridades académicas y científicas, a los invitados de las instituciones nacionales y europeas y a todos los hombres y mujeres dedicados a la investigación científica.

Entre ellos quiero recordar al profesor Antonio Zichichi, presidente de la Federación Mundial de Científicos, que ha recibido en esta ocasión el más alto título honorífico de la Universidad de Teramo, y que sigue dedicando su vida al desarrollo de la ciencia y a la educación de las nuevas generaciones.

Estimados e ilustres científicos, vuestro encuentro es un gran don de esperanza para toda la humanidad. Nunca como en este tiempo se advierte la necesidad de un relanzamiento de la investigación científica para hacer frente a los retos de la sociedad contemporánea. Y me alegra que sea la comunidad diocesana de Teramo la que promueva este encuentro dando así testimonio de que no puede ni debe haber oposición entre fe y ciencia.

Como recordaba en la encíclica Fratelli tutti, es urgente «conocer la realidad para construir juntos» (204). Para que el deseo de conocimiento, que se esconde en el corazón de cada hombre y de cada mujer, crezca y se desarrolle la investigación científica debe poner al servicio de todos sus conocimientos buscando siempre nuevas formas de colaboración, de intercambio de resultados y de construcción de redes.

Además, «no se debe soslayar el riesgo de que un avance científico sea considerado el único abordaje posible para comprender algún aspecto de la vida, de la sociedad y del mundo» (FT 204).

La experiencia de la emergencia sanitaria ha instado todavía más, y de alguna manera con más urgencia, al mundo de la ciencia a replantearse las perspectivas de la prevención, la terapia y la organización sanitaria, teniendo en cuenta las repercusiones antropológicas ligadas a la convivencia social y a la calidad de las relaciones entre los miembros de la familia y, sobre todo, entre las generaciones.

Ningún saber científico debe caminar solo y sentirse autosuficiente. La realidad histórica es cada vez más una única, (cf. FT 204) y hay que servirla con la pluralidad de los saberes, que en su especificidad, contribuyan al crecimiento de una nueva cultura capaz de construir la sociedad promoviendo la dignidad y el desarrollo de cada hombre y cada mujer.

Ante los nuevos retos, a vosotros, queridos amigos de la ciencia, se confía —¡sí, a vosotros!— la tarea de dar testimonio de que es posible construir un nuevo vínculo social, comprometiéndoos a hacer que la investigación científica esté cerca de toda la comunidad, desde la local hasta la internacional, y que juntos es posible superar cualquier conflicto.

¡La ciencia es un gran recurso para construir la paz!

Os pido que acompañéis la formación de las nuevas generaciones, enseñándolas a no tener miedo al esfuerzo de la investigación. También el Maestro también se hace buscar: Infunde en todos la certeza de que cuando se busca con honradez se encuentra la verdad. El cambio de época necesita nuevos discípulos del conocimiento, y vosotros, queridos científicos, sois los maestros de una nueva generación de constructores de paz.

Os lo aseguro, estoy cerca de vosotros y toda la Iglesia está cerca de vosotros, con la oración y el aliento.

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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A CONCLUSIÓN DE LA ORACIÓN ECUMÉNICA “EL SEÑOR DIOS TIENE PLANES DE PAZ. JUNTOS POR LÍBANO»

Queridos hermanos y hermanas:
Nos hemos reunido hoy para rezar y reflexionar, movidos por la preocupación por Líbano, gran preocupación al ver este país ―que llevo en el corazón y que tengo el deseo de visitar― sumido en una grave crisis. Agradezco a todos los participantes por haber aceptado de buen grado la invitación y por el intercambio fraternal. Nosotros, Pastores, sostenidos por la oración del Pueblo santo de Dios, en este momento difícil, hemos tratado de orientarnos juntos a la luz de Dios. Y a su luz hemos visto, sobre todo, nuestras propias carencias: los errores que hemos cometido cuando no hemos sabido dar testimonio creíble y coherente del Evangelio; las oportunidades que hemos perdido en el camino de la fraternidad, la reconciliación y la plena unidad. De esto pedimos perdón y con el corazón contrito decimos: «¡Señor, ten piedad!» (Mt 15,22). […]
[…] Planes de paz y no de desgracia. Como cristianos, hoy queremos renovar nuestro compromiso de construir juntos un futuro, porque el porvenir será pacífico sólo si será común. Las relaciones entre los hombres no pueden basarse en la búsqueda de intereses, privilegios y ganancias particulares. No, la visión cristiana de la sociedad viene de las Bienaventuranzas, brota de la mansedumbre y la misericordia, lleva a imitar en el mundo el actuar de Dios, que es Padre y quiere la concordia entre sus hijos. Los cristianos estamos llamados a ser sembradores de paz y artesanos de fraternidad, a no vivir de rencores y remordimientos pasados, a no huir de las responsabilidades del presente, a cultivar una mirada de esperanza hacia el futuro. Creemos que Dios nos muestra una sola dirección para nuestro camino: la de la paz. Por lo tanto, aseguramos a nuestros hermanos y hermanas musulmanes y a los de otras religiones nuestra apertura y disposición para colaborar en la construcción de la fraternidad y la promoción de la paz. Ésta «no exige vencedores ni vencidos, sino hermanos y hermanas que, a pesar de las incomprensiones y las heridas del pasado, se encaminan del conflicto a la unidad» (Discurso, Encuentro Interreligioso, Llanura de Ur, 6 de marzo de 2021). En este sentido, espero que a esta jornada le sigan iniciativas concretas en nombre del diálogo, el compromiso educativo y la solidaridad. […]