22 abril 2017 | Homilía

LITURGIA DE LA PALABRA CON LA COMUNIDAD DE SANT’EGIDIO, EN MEMORIA DE LOS “NUEVOS MÁRTIRES” DE LOS SIGLOS XX Y XXI HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Basílica de San Bartolomé en la Isla Tiberina

[…] Yo quisiera, hoy, añadir un icono más, a esta iglesia. Una mujer. No sé el nombre. Pero ella nos mira desde el cielo. Estaba en Lesbos, saludaba a los refugiados y encontré a un hombre de treinta años, con tres niños. Me miró y me dijo: “Padre, yo soy musulmán. Mi mujer era cristiana. Llegaron los terroristas a nuestro país, nos miraron y nos peguntaron nuestra religión y la vieron a ella con el crucifijo, y le dijeron que lo tirara al suelo. Ella no lo hizo y la degollaron delante de mí. ¡Nos queríamos mucho!”. Este es el icono que traigo como regalo aquí. No sé si ese hombre está todavía en Lesbos o ha conseguido ir a otra parte. No sé si ha sido capaz de salir de ese campo de concentración, porque los campos de refugiados —muchos— son de concentración, por la masa de gente que es dejada allí. Y los pueblos generosos que les acogen deben llevar adelante también este peso, porque los acuerdos internacionales parece que son más importantes que los derechos humanos. Y este hombre no tenía rencor: él, musulmán, tenía esta cruz del dolor llevada adelante sin rencor. Se refugiaba en el amor de la mujer, salvada por el martirio.[…]