1 mayo 2020 | Homilía

LA MISA MATUTINA TRANSMITIDA EN DIRECTO DESDE LA CAPILLA DE LA CASA SANTA MARTA HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

[…] En la historia hemos leído de las brutalidades que cometieron con los
esclavos: los llevaban de África a América —pienso en esa historia que toca a mi
tierra— y nosotros decimos “cuánta barbarie”… Pero aún hoy hay tantos
esclavos, tantos hombres y mujeres que no son libres de trabajar: se ven
obligados a trabajar, para sobrevivir, nada más. Son esclavos: trabajo forzado…
son trabajos forzados, injustos, mal pagados y que llevan al hombre a vivir con
la dignidad pisoteada. Hay muchos, muchos en el mundo. Muchos. En los
periódicos de hace unos meses leímos, en un país de Asia, que un señor había
matado a palos a uno de sus empleados que ganaba menos de medio dólar al
día, porque había hecho algo mal. La esclavitud de hoy es nuestra indignidad,
porque quita la dignidad al hombre, a la mujer, a todos nosotros. “No, yo
trabajo, tengo mi dignidad”: sí, pero tus hermanos, no. “Sí, padre, es verdad,
pero esto, como está tan lejos, me cuesta entenderlo. Pero aquí, entre
nosotros…”: aquí también, entre nosotros. Aquí, entre nosotros. Piensa en los
trabajadores, en los que trabajan a jornada, que los haces trabajar por un
salario ínfimo y no ocho, sino doce, catorce horas al día: esto sucede hoy, aquí.
En todo el mundo, pero también aquí. Piensa en la empleada del hogar que no
tiene un salario justo, que no tiene asistencia de la seguridad social, que no
tiene jubilación: esto no ocurre solo en Asia. […]