13 mayo 2016 | Discurso del Santo Padre, Discursos

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE LA FUNDACIÓN «CENTESIMUS ANNUS PRO PONTIFICE»

Sala Clementina

Queridos amigos:

Os dirijo mi calurosa bienvenida y agradezco al presidente sus corteses palabras. En estos días de reflexión y de diálogo, habéis tomado en consideración la aportación de la comunidad económica en la lucha contra la pobreza, con particular referencia a la actual crisis de refugiados.
Os agradezco la prontitud con la que aportáis vuestras capacidades y experiencia en la discusión sobre estas delicadas cuestiones humanitarias y sobre las obligaciones morales que conllevan.
La crisis de los refugiados, cuyas proporciones están creciendo cada día, es una de aquellas con la que me siento muy cercano.
En mi reciente visita a Lesbos, fui testigo de experiencias de sufrimiento humano desgarradoras, sobre todo de familias y niños. Era mi intención, junto con mis hermanos ortodoxos el patriarca Bartolomé y el arzobispo Jerónimo, ofrecer al mundo una mayor toma de conciencia de estas «escenas de trágica y desesperada necesidad», y hacer que a las se «responda de un modo digno de nuestra humanidad común» (Visita al campo de refugiados de Moria, 16 de abril de 2016).
Más allá del aspecto inmediato y práctico de ofrecer ayuda material a nuestros hermanos y hermanas, la comunidad internacional está llamada a encontrar respuestas políticas, sociales y económicas de larga duración a problemáticas que superan los confines nacionales y continentales e involucran a toda la familia humana. […]