19 mayo 2014 | Discurso del Santo Padre, Discursos

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE MÉXICO EN VISITA «AD LIMINA APOSTOLORUM»

Sala Clementina

Les agradezco la visita. Gracias al Presidente de la Conferencia, el Cardenal Robles. El memorial que yo firmé se lo van a dar a cada uno escrito, así los puedo saludar uno por uno, como despedida. Gracias por la cercanía de ustedes. Yo aprendí mucho de lo que me iban diciendo. Me quedaron preocupaciones serias de las Iglesias de ustedes: algunas sufren mucho los problemas que el Señor Cardenal acaba de mencionar. Son problemas serios, pero veo que las Iglesias de ustedes están como consolidadas sobre un cimiento muy fuerte. En ustedes parece que es más fuerte la Madre del Señor… Y eso es muy importante, ¡muy importante! María no les va a dejar solos frente a tantos problemas y dolorosos… Parte de sus hijos que cruzan la frontera, todos los problemas de la emigración, los que no llegan al otro lado… Son hijos que mueren, muertos por sicarios alquilados…Todo ese problema serio de la droga, que hoy en día se está ofreciendo muy seriamente; o cuando un campesino te dice: “¿Y qué querés que haga? Si cultivando maíz vivo todo el mes, cultivando amapola vivo todo el año”. Y ustedes con su pueblo siempre. Por eso, la única recomendación que yo les diría es ésta, de corazón, –las escritas son también de corazón, pero esta es más de corazón–: la doble trascendencia. Trascender, en la oración al Señor. ¡No dejen la oración!, ese negociar con Dios del Obispo por su pueblo. No lo dejen. Y la segunda trascendencia: cercanía con su pueblo. Esas dos cosas. Adelante, y con esa doble tensión, adelante. Y recen por mí que yo rezo por ustedes y muchas gracias. […]

[…] Conozco vuestros desvelos por los más necesitados, por quienes carecen de recursos, los desempleados, los que trabajan en condiciones infrahumanas, los que no tienen acceso a los servicios sociales, los migrantes en busca de mejores condiciones de vida, los campesinos… Sé de vuestra preocupación por las víctimas del narcotráfico y por los grupos sociales más vulnerables, y del compromiso por la defensa de los derechos humanos y el desarrollo integral de la persona. Todo esto, que es expresión de la “íntima conexión” que existe entre el anuncio del Evangelio y la búsqueda del bien de los demás (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium,178), coopera, sin duda, a dar credibilidad a la Iglesia y relevancia a la voz de sus Pastores. […]