23 noviembre 2017 | Discurso del Santo Padre, Discursos

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS MIEMBROS DE LAS FAMILIAS FRANCISCANAS DE LA PRIMERA ORDEN Y DE LA TERCERA ORDEN REGULAR

Sala Clementina Jueves

[…] Las palabras de Francisco nos empujan a preguntarnos como fraternidad: ¿dónde estamos? ¿Con quién estamos? ¿Con quién estamos en relación? ¿Quiénes son nuestros favoritos? Y, dado que la minoría desafía no solo a la fraternidad sino a cada uno de sus miembros, es oportuno que todos examinen la conciencia del propio estilo de vida; en gastos, en ropa, en lo que considere necesario; en la dedicación de uno a los demás, en escapar del espíritu de tratarse demasiado, incluso en la propia fraternidad.

Y, por favor, cuando realizas algunas actividades para los «pequeños», los excluidos y los últimos, nunca lo hagas desde un pedestal de superioridad. Solo piense que todo lo que hace por ellos es una forma de devolver lo que ha recibido de forma gratuita. Como Francisco advierte en la Carta a toda la Orden: «Ninguno de ustedes se guarda para sí» [14]. Haga un espacio que sea acogedor y esté disponible para todos los menores de su tiempo que ingresen a su vida: los hombres y mujeres marginados que viven en nuestras calles, en parques o en estaciones; los miles de desempleados, jóvenes y adultos; tantas personas enfermas que no tienen acceso a una atención adecuada; muchas personas mayores abandonadas; mujeres maltratadas; migrantes que buscan una vida digna; todos aquellos que viven en los suburbios existenciales, privados de dignidad y también de la luz del Evangelio.

Abra sus corazones y abrace a los leprosos de nuestro tiempo, y, habiendo tomado conciencia de la misericordia que el Señor le ha usado, [15] utilícelos con misericordia, como lo usó su padre San Francisco, [16] y, como él, aprende a estar «enfermo con los enfermos, afligidos con los afligidos». [17] Todo esto, lejos de ser un sentimiento vago, indica una relación entre personas tan profunda que, al transformar tu corazón, te llevará a compartir su destino. […]