27 enero 2018 | Discurso del Santo Padre, Discursos

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS MIEMBROS DE LA CRUZ ROJA ITALIANA

Aula Pablo VI

[…] Vuestra acción, además, merece todavía más la gratitud de todo ciudadano porque se realiza en las más diversas situaciones, teniendo que hacer frente a cansancios y peligros de distinto tipo. Es así en el caso de la asistencia prestada a las víctimas de los terremotos y de otros desastres naturales, que alivia la prueba de las poblaciones golpeadas, representando un signo de la cercanía de todo el pueblo italiano. De igual valor es el compromiso que ponéis en el socorro de los migrantes durante el arduo recorrido por el mar, y al recibir a los que desembarcan y esperan ser acogidos e integrados. La mano que les tendéis y que ellos aferran es un signo elevado, que se traduciría así: «No te ayudo solo en este instante, para sacarte del mar y ponerte a salvo, sino que te aseguro que estaré y me tomaré en serio tu futuro». Por eso, vuestra presencia junto a los inmigrantes representa un signo profético, tan necesario en nuestro tiempo. He dicho la palabra «signo profético»: el profeta —por decirlo en una lengua que todos entendamos— el profeta es el que «abofetea»; con su modo de vivir, con el servicio que hace y las palabras… «abofetea»: despierta, da verdaderas bofetadas al egoísmo social, al egoísmo de las sociedades. ¡Y hace despertar lo mejor que hay en el corazón! Pero da la bofetada con la palabra y con el testimonio, ¡no con la mano! […]