18 abril 2015 | Discurso del Santo Padre, Discursos

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS MIEMBROS DE LA ASOCIACIÓN CATÓLICA INTERNACIONAL DE SERVICIOS A LA JUVENTUD FEMENINA (ACISJF)

Sala Clementina

Queridos hermanos y hermanas:

[…]Expreso mi gratitud por vuestro generoso compromiso en el servicio a las jóvenes que viven en situaciones de precariedad y sufrimiento. Su creciente número y las múltiples formas de pobreza en las que viven, nos interpelan y deben suscitar una nueva creatividad, para ofrecerles la ayuda material y espiritual que necesitan. Sí, es una verdadera felicidad servir a los demás, como Jesús. Mediante actividades permanentes de acogida —¡cuánta necesidad de acogida tienen estos jóvenes, cuánta necesidad de acogida!— y también a través de una reflexión para afrontar los nuevos desafíos generados por el mundo de hoy, como el fenómeno migratorio, vuestra acción quiere estar al servicio de la vida y de la dignidad de la persona, testimoniando que «la auténtica fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí… del servicio» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 88). Las jóvenes que acompañáis tienen ante todo necesidad de atención y de escucha. ¡El apostolado tan humano y tan divino del oído agota, es agotador, pero hace tanto bien! Ellas tienen necesidad de esto. Así las podéis ayudar a crecer en la confianza, a encontrar puntos de referencia y a progresar en la madurez humana y espiritual, alimentada por los valores evangélicos. ¡Que podáis ser para ellas testimonios creíbles, para que experimenten la alegría de saberse amadas por Dios, Padre suyo, y llamadas a la felicidad![…]