[…] También estoy pensando en los migrantes y refugiados que han huido de sus países debido a la guerra, la pobreza, la violencia y lo que ya se ha hecho para ayudarlos. Se trata de perseverar en la búsqueda de medios compatibles con el bien de todos, darles la bienvenida, protegerlos, promover su desarrollo humano integral e integrarlos en la sociedad (véase Mensaje para el Día Mundial de la Paz, 1 de enero de 2018). De este modo, se puede contribuir a la construcción de una sociedad más justa, más humana y más fraterna. Confío tu viaje a Cristo, la fuente de nuestra esperanza y de nuestro compromiso al servicio del bien común. Les invoco a ustedes, a sus familias, a su país, así como a los obispos que los acompañan con la bendición del Señor. Gracias.